Al usar el electrodoméstico adecuado se puede lograr que los alimentos sean tan crujientes como si estuvieran recién salidos del sartén, sin necesidad de usar grasa. Existen muchas alternativas en el mercado, desde freidoras compactas hasta las más grandes.
Comer un buen pollo frito o unas patatas crujientes están entre los placeres más especiales de la vida, pero para muchos es un gusto que evitan porque implica consumir una gran cantidad de calorías por el exceso de aceite que requiere, lo que pone en riesgo el cuidado de la figura y la salud.
Freír en sartén o una freidora tradicional, además, puede resultar tedioso, pues luego quedan rastros de grasa y suciedad en la cocina, sin mencionar el fuerte olor a grasa que queda en el hogar.
En la mayoría de las dietas, tanto si se deben hacer para controlar los niveles de colesterol o por estética, lo primero que prohíben es consumir frituras, pero la tecnología actual da la libertad de freír sin usar aceite, lo que permite degustar alimentos crujientes, apetitosos, como si estuvieran «fritos», pero son saludables al no tener grasa en abundancia. Esta opción nos elimina las ansias y los remordimientos.
Algunas personas pueden extrañar el sabor al aceite, pero esta forma de «freír» se debe tomar en cuenta por los beneficios a la salud que genera. Algunos optan por agregar una mínima cantidad de grasa para darle sabor.
¿Cómo funcionan?
En el mercado hay disponible una gran variedad de freidoras sin aceite para elegir, pero primero hay que tener claro que no se trata de los tradicionales recipientes en los que sumergen algo en grasa muy caliente y sale frito; en realidad hablamos de pequeños hornos, en los cuales se cocinan alimentos con aire caliente que circula de forma homogénea, dándole ese aspecto dorado tan particular, como si estuvieran recién sacados del sartén.
La mayoría son fáciles de limpiar al no brincar el aceite como ocurre con una freidora tradicional, y la mayoría son desmontables y pueden colocarse en el lavavajillas.
¿Cuál elegir?
Una vez que has decidido que necesitas una freidora sin aceite en tu vida, son varios los aspectos a considerar para elegir la marca y el modelo que más te conviene, bien sea por el precio, la capacidad, el gasto de energía o el potencial que tienen de hacer diferentes platos salados y dulces.
Hay varios tamaños, marcas y modelos pero lo importante es tener información, la cual se puede encontrar en línea para ver las ventajas y desventajas de cada una antes de decidir cuál es la mejor, según los requerimientos.
El tamaño adecuado
La capacidad y el espacio que ocupa es uno de los primeros factores a considerar, ya que pueden ir de modelos compactos a voluminosos. La selección depende del uso que se le vaya a dar, pues no vale la pena elegir una de gran tamaño si se cocina para una o dos personas, ya que el aparato se convierte entonces en un estorbo. Es preferible verificar el espacio disponible en la cocina para ubicarla. Uno de los datos a considerar es la dimensión total que ocupa y el peso.
La mayoría incluyen una cesta o rejilla para que escurra la grasa que desprende el alimento mientras se cuece, esto suele ir a un espacio aparte.
Precio-versatilidad
La economía puede pesar mucho a la hora de comprar, por lo que es recomendable evaluar la relación precio-valor para no dejar pasar algunas funciones solo por ser más baratas, así que se debe evaluar el provecho que se le puede sacar a este electrodoméstico de la cocina.
Algunas permiten asar, gratinar, tostar, hornear y preparar carnes o verduras, además de donuts, churros u otros dulces. Algunos modelos tienen un compartimiento para cocinar varios platos a la vez, ahorrando tiempo; unos cuentan con tapas transparentes para ver el proceso de cocción para no interrumpir el proceso de no ser necesario, mientras que otros cuentan con funciones giratorias para garantizar de forma automática que la comida no se pegue y se dore de manera uniforme.
Hay aparatos con función para elegir el tipo de cocción, los que incluyen temporizador o traen aplicaciones con recetarios; y otros con opción de mantener calientes los alimentos preparados.