Los prestigiosos premios Nobel concentran la atención del mundo durante buena parte del año. Entregados siempre en diciembre, suponen un reconocimiento para quien lo recibe, una manera de otorgar un valor a una vida de trabajo en diversas disciplinas, como literatura, medicina, química, o bien por el trabajo en algo que es últimamente escaso en el mundo, la paz. Y como este tipo de premios genera mucha expectación, también es posible encontrar lugares en los que apostar por los ganadores de estos galardones. Las casas de apuestas ofrecen diferentes cuotas según el tipo de premio, lo que es una muestra patente del interés que suscitan.
¿Es posible apostar para los premios Nobel?
Sin lugar a dudas que lo es, los seres humanos tenemos una condición que nos hace querer jugarnos lo que sea, incluyendo este tipo de premios tan prestigiosos. Y a todo en esta vida se puede apostar, pero es obvio que se trata de unas apuestas que quizás no sean de interés de un tipo concreto de jugadores. ¿Por qué? Porque exige un alto grado de conocimiento de cierto tipo de candidaturas, algo que no está al alcance de las personas afines a este mundillo. Pero a decir verdad, llevamos en nuestro ADN las ganas de jugar.
Las cuotas que se aplican en este tipo de apuestas es la habitual, variando en función de las posibilidades reales o no de obtener premio. Para personas no iniciadas, una cuota mayor supone ganar un premio de mayor calado, pero esto es así por que es menos probable que ese hecho se produzca. Por ejemplo, una cuota 8 a 1 es más jugosa, pero menos realista que una 3 a 1. ¿Quién es el valiente que se atreve a apostar por un premio Nobel?
Los Premios Nobel 2020 están abiertos
Las apuestas de las candidaturas a los premios Nobel 2020 están abiertas, aunque la incertidumbre todavía es amplia. Hasta que la academia sueca no haga oficiales los nombres de aquellas personas que hayan obtenido galardón, no podemos hacer demasiadas conjeturas sobre quienes serán aquellos que se lleven el gato al agua.
El año pasado hubo mucha expectación sobre la posibilidad de que la joven activista por el clima, Greta Thunberg, obtuviese el galardón en la categoría de La Paz, cosa que sin embargo no ocurrió, como era por otro lado de esperar. El premio recayó sobre Abiy Ahmed, primer ministro de Etiopía, y que lleva años luchando por conseguir la pacificación con Eritrea. El premio Nobel de la Paz reconoció el esfuerzo de este dirigente, que lleva mucho tiempo haciendo una labor titánica por la pacificación del este de África.
Referente a la joven activista sueca, durante el año 2019 tomó gran notoriedad por su viaje transoceánico en velero para asistir a la cumbre del clima en Madrid. Una figura que despierta pasión y antipatía a partes iguales, pero que está realizando una labor de cambio en la mentalidad de muchos ciudadanos. A Greta hay que atribuirle el mérito de haber conseguido generado un debate necesario, cosa que no han hecho muchos dirigentes mundiales. El cambio por el clima ha de darse ya, sin medias tintas.
Con respecto al resto de candidaturas para este premio Nobel de la Paz, las apuestas siguen muy abiertas. No hay claramente definido, al menos en esta época del año, quienes pueden ser esas personas o entidades que puedan optar a tan prestigioso galardón. Félix Latzo, un profesor salvadoreño que lleva más de 35 años de trabajo por el medio ambiente también, puede ser otra de las personas que se puedan llevar este premio. Su programa «Let´s plant America», un método educativo que se implementa en tercer, cuarto y quinto grado de educación primaria y que pretende ser una revolución medioambiental. Queda claro que los caminos hacia la Paz van orientados a una mejora de la calidad ambiental del planeta.
Hay una asociación bien conocida, como es ACNUR, siglas de Alta Comisión de las Naciones Unidas para los refugiados. Los movimientos migratorios que se producen en el planeta, cada vez más importantes y frecuentes, tienen como resultado una diversidad cultural en diferentes regiones, lo que supone una riqueza. Sin embargo, es motivo de problemas entre gobiernos. Para ACNUR, en caso de obtener este galardón, sería su tercera vez, ya que se hizo con él en los años 50 y en los 80. ¿Conseguirá el triplete?
Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, aplica unas políticas de corte progresista y está a favor del matrimonio homosexual, así como de los derechos de estas personas y la despenalización del aborto. Su carácter como activista hizo que su nombre ya sonase para las apuestas de los Premios Nobel de la Paz en 2019, quizás este año sea su oportunidad. Las cuotas parecen darle algo de razón, por lo que a partir de octubre podremos saber quién se lleva el gato al agua.