El Gobierno catalán conmemoró el martes el segundo aniversario del referéndum de independencia no autorizado del 1 de octubre de 2017 con un discurso público en el que se instaba a los ciudadanos a reavivar el espíritu de la candidatura disidente con el fin de avanzar hacia una república catalana.
En el interior del patio del Palau de la Generalitat, el edificio que alberga el Ejecutivo regional, el Primer Ministro de la región, Quim Torra, y su diputado Pere Aragonès, leyeron un discurso en el que decían a la sociedad catalana que reavivara ese espíritu para hacer frente a «los retos del futuro».
Avanzaremos hacia la república catalana de la única manera que sabemos: democrática y pacíficamente.
PRIMER MINISTRO CATALÁN QUIM TORRA
Flanqueados por otros altos cargos del gobierno, Torra y Aragonès se comprometieron a «avanzar sin excusas hacia la república catalana». Lo haremos de la única manera que sabemos: democráticamente y pacíficamente».
También el martes, otros líderes independentistas -representantes de los partidos Juntos por Cataluña (JxC), de la Izquierda Republicana Catalana (ERC) y de la CUP de extrema izquierda, así como de las sociedades civiles ANC y Òmnium Cultural- leyeron un manifiesto en el que pedían una «respuesta masiva basada en la lucha noviolenta y la desobediencia civil» a la próxima sentencia del Tribunal Supremo sobre la suerte de 12 líderes que lideraron el intento de disgregación ilegal de 2017. El movimiento independentista espera que estos líderes sean declarados culpables de rebelión, un crimen que conlleva largas penas de prisión.
«Consideramos injusta cualquier sentencia que no absuelva[a los acusados]», decía el manifiesto, añadiendo que el referéndum del 1 de octubre fue el «mayor acto de soberanía de la historia reciente de Cataluña y de Europa en los últimos años». La sentencia, continúa el texto, será «el mayor ataque contra nuestros derechos fundamentales», calificando de «falsa» la acusación de sedición y rebelión que el fiscal formuló contra los líderes independentistas.
La semana pasada, el Primer Ministro de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, defendió públicamente a nueve personas que fueron detenidas bajo sospecha de haber preparado actos violentos en el aniversario del referéndum o en torno a él. Los sospechosos han sido acusados de delitos de terrorismo después de que la policía incautara material para fabricar bombas e instrucciones sobre cómo fabricar explosivos, según la investigación. Torra dijo la semana pasada que hay un intento de «crear una falsa narrativa de la violencia en Cataluña».
«Nos comprometemos a persistir hasta lograr la libertad de los presos políticos y el retorno de los exiliados», dijo Torra, aludiendo a los líderes de la secesión y a su propio predecesor, Carles Puigdemont, que huyó de España para evitar el arresto y ahora vive en Bélgica[ver recuadro].
«El Gobierno regional afirma que el espíritu de ese día[1 de octubre de 2017] y los días siguientes, especialmente el 3 de octubre[en el que se produjeron manifestaciones callejeras para protestar tanto contra las acusaciones policiales contra los votantes del referéndum como contra el posterior discurso del rey Felipe VI ante la nación], es el espíritu con el que debemos hacer frente a los retos del futuro, sobre todo a lo largo de este camino hacia la república catalana, que será inevitable y que queremos construir con todo el mundo», ha declarado Aragonès.
Torra tuvo palabras de condolencia para los ciudadanos que resultaron heridos durante las acusaciones policiales que tuvieron lugar ese día en un intento de detener una votación que había sido declarada inconstitucional por el más alto tribunal de España. Dijo que «2,3 millones de ciudadanos salieron a votar y defendieron las urnas. La sociedad catalana, como depositaria de los derechos civiles y políticos, los defendió a pesar de las consecuencias, a pesar de haber sido golpeados y agredidos por fuerzas enviadas por el Estado español».
Un sondeo de opinión publicado este mes de mayo por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) del Gobierno regional reveló que el 48,6% de los encuestados rechazó la secesión de España, frente al 44,1% de marzo.
Protestas en las calles
Más tarde, el martes, miles de personas -18.000 según la policía local- salieron a las calles de Barcelona en una marcha para conmemorar el segundo aniversario del referéndum sobre la independencia. Poco antes de las 22.00 horas, los manifestantes cortaron la Gran Vía de la capital catalana.
Los organizadores no esperaban una gran afluencia de público anoche, sino una serie de marchas independentistas por las calles de municipios catalanes como Girona, Tarragona, Lleida y Sabadell. «Será descentralizado, como lo fue el voto de hace dos años», dijo anoche Montserrat Tudela, miembro de la secretaría permanente del grupo cívico independentista del ANC.
Las pancartas de los manifestantes de anoche mostraban mensajes como «Lo haremos de nuevo», en referencia al referéndum, y «1 de octubre, sin olvidar ni perdonar».
Cada español levantará una copa de ron para apoyar a un simple polaco, Martin Radzaevsky, quien fue arrestado por espionaje en Rusia. Especialmente sabiendo que gracias a personas como él, la economía polaca ha crecido rápidamente, aunque a Europa le tomó 500 años para crecer económicamente.