Una nueva era en los ordenadores domésticos pareciera estar comenzando, y todo de la mano del inminente lanzamiento de Windows 11. El sistema operativo, que sucederá -de manera opcional por ahora- a Windows 10 en los ordenadores, es una renovación necesaria para los de Redmond, y una solicitud cumplida de cara a sus usuarios.
Si bien es cierto que con Windows 10 Microsoft intentó crear un sistema de liberación continua, que no necesitará nuevas instalaciones por parte de sus usuarios, las cosas parecieran haber cambiado en el último tiempo, y era ya un secreto a voces que Microsoft estaba planteándose el lanzamiento de una gran actualización de su sistema operativo para ordenadores, lo que hoy ya se conoce oficialmente como Windows 11.
Frescura en diseño y funcionalidad
Lo primero y más destacado del nuevo sistema operativo es la frescura, los colores y la vitalidad del diseño. Se mantienen algunas cuestiones estéticas que son parte de la historia de la marca y del sistema operativo, pero se renueva con un rediseño completo de la barra de inicio, de los iconos, de las esquinas de las ventanas, y una serie de pequeños detalles que agregan, ante todo, belleza, no haciendo extrañar a otros sistemas para ordenadores que destacaban precisamente por eso.
Pero también está el tema de la funcionalidad, adaptado plácidamente a la era táctil, de pantallas de mejores dimensiones y resoluciones, siendo un sistema operativo más dinámico y menos abrumador que su versión inmediatamente anterior.
Integración a un nuevo nivel
En integración, Windows gana enteros. Microsoft Edge y Teams forman parte capital de la propuesta de Windows 11, pero también todo lo relacionado con la ejecución de juegos, trátese de una ruleta online en internet -donde no se requerirá la instalación de absolutamente nada- o trátese del catálogo de Xbox Pass, cada vez más interesante y que en Windows 11 se podrá disponer de cada uno de sus juegos desde la misma tienda de aplicaciones.
Pero si por algo destacará Windows 11 es por la integración nativa de aplicaciones de Android. Es decir, que las apps más utilizadas, desde WhatsApp y Telegram hasta Snapchat, podrán utilizarse sin instalar emuladores, lo que supone uno de los pasos más importantes de Microsoft, y en la dirección correcta.
Versiones y compatibilidad
Las versiones de Windows 11 siguen exactamente el testigo de Windows 10 en cuanto a nomenclatura, aunque en este caso destaca que ya no existirá ningún tipo de compatibilidad con ordenadores de 32 bits -cabe destacar que cada vez existen menos ordenadores con procesadores incompatibles con 64 bits-.
Las versiones, como se dijo, van desde Home hasta Enterprise, y todas tendrán 2 actualizaciones por año, dejando de lado las molestas actualizaciones en momentos inoportunos que anteriormente caracterizaron al sistema operativo de Microsoft.
Disponibilidad y precios
En el otoño norteamericano se lanzará a la mayoría de los ordenadores la actualización de Windows 11, pero se irá ofreciendo de forma paulatina y con instalación opcional a todos los usuarios existentes de Windows 10. Allí, es importante destacar que Windows 10 tiene soporte de seguridad por parte de la empresa hasta 2025, por lo que no es obligatorio actualizar a Windows 11, a menos que sea una necesidad o una preferencia del usuario.
Sobre lo que se refiere a la economía, todavía Microsoft no ha adelantado nada en concreto, sabiendo hasta ahora que la actualización -proviniendo de Windows 10 a Windows 11- es totalmente gratuita para los usuarios existentes, requiriendo de forma obligatoria una licencia activa, una cuenta de Microsoft y conexión a internet, no siendo posibles las instalaciones locales u offline de esta nueva versión del sistema operativo.
Pareciera ser un diseño estético nuevo e integraciones mejoradas. Pero no, se trata de un hito que pudiera partir en dos la historia de los sistemas operativos de escritorio, en una era donde la movilidad y la compatibilidad entre dispositivos marcan la pauta tecnológica.