Las ollas y las sartenes son unas grandes compañeras a la hora de cocinar que nos permiten preparar infinidad de platos. Por eso mismo es lógico que estemos habituados a ellas y que, si no presentan evidentes signos de deterioro, tal vez no nos planteemos cambiarlas por otras, pero es algo realmente necesario.
Y es que no solamente el sabor de tus comidas se vería perjudicado: también algo tan fundamental como tu salud y la de los tuyos. Además, si cuando renuevas tu menaje de cocina eliges uno hecho con materiales de calidad, te ahorrarás dinero e inconvenientes. Por eso, es mejor buscar una opción conocida y que ofrezca garantías como las ollas masterchef.
Y es que el hecho de que se trate de algo utilizado en lugares donde el prestigio es tan importante es una garantía de que se están usando las mejores alternativas. Por supuesto, sartenes Masterchef o las ollas bbj Arguiñano, entre otras, también entran dentro de esas opciones confiables.
Un riesgo para la salud
Como te hemos dicho antes, el principal motivo por el que hay que cambiar ollas y sartenes cada cierto tiempo no es solamente estético, sino que tiene que ver con temas mucho más importantes. Por eso merece la pena dedicar el tiempo a seleccionar sartenes y ollas de calidad que ofrezcan los mejores resultados.
Esto es debido a que cuando estos elementos se van deteriorando desprenden ciertos metales pesados y plásticos tóxicos que podrían resultar muy perjudiciales para la salud. Por mucho que las limpies a conciencia, esto no cambiará, así que llega un momento en el que la única solución es la renovación.
Cómo saber cuándo ha llegado la hora de renovarlas
Lo más probable es que te des cuenta cuando tus ollas y sartenes vayan necesitando un relevo (y de hecho lo aconsejable por norma general es hacerlo cada año y medio o dos años, o incluso anualmente si se usan de forma intensiva), pero no obstante no está de más fijarse en ciertas cosas.
Pierden su forma o están abombadas
Al tratarse de elementos tan expuestos a los cambios bruscos de temperatura, son bastante dados a deformarse. Muchas veces no lo apreciarás a simple vista (a menos que te fijes bien en ello), pero donde sí lo notarás es en el resultado final de tus elaboraciones, ya que habrá partes que queden frías y cocidas de forma desigual.
Hay que tener en cuenta que los alimentos que no están adecuadamente cocinados incrementan el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Además, en el caso de las sartenes, estas podrían perder estabilidad, aumentando el riesgo de quemaduras.
Superficies rayadas
Cuando notes que la superficie de tu olla o sartén está rayada y que además hace que la comida se pegue con cierta facilidad, habrá llegado sin duda de darles su merecido descanso. Fíjate también en si se empieza a ver el material que recubre su revestimiento.
En el momento en el que esto pasa existe el riesgo de que crezcan tanto bacterias como patógenos infecciosos, pues lo habitual es que, por mucho que las friegues a conciencia, sigan quedando restos de comida. Por si fuera poco, su recubrimiento también se estará desprendiendo y podría terminar en tu plato.
Mangos sueltos o rotos
Evidentemente, si su asa o mango se suelta, lo mejor será comprar otra nueva olla o sartén, pues el peligro de quemaduras y accidentes será prácticamente inevitable. Bien podrías intentar asegurarlos con un destornillador, pero generalmente es una solución muy provisional que solo aplazará un poco la compra de un nuevo menaje de cocina.
Lo cierto es que es fundamental que ollas y sartenes tengan un reemplazo cuando empiezan a apreciarse desperfectos o haya pasado un tiempo prudencial (por norma general, no más de dos años). No solo es cuestión de estética, de tiempo o de comodidad, algo tan serio como la salud también está en juego.