En la actualidad los ordenadores, teléfonos inteligentes y las consolas de video juegos forman parte del mobiliario del hogar, ampliando la posibilidad de que los niños, niñas y adolescentes tengan mayor acceso a la tecnología, en especial a los juegos de video.
Esta tecnología es más que una manera de entretenimiento, es una vía para la interacción social, una actividad cibernética sobre la que no existe ningún control, motivo por el cual puede convertirse en un riesgo para la juventud vulnerable.
Los juegos en línea pueden ser un arma de doble filo
Los videojuegos no sólo entretienen sino que también pueden desarrollar ciertas habilidades y destrezas en los niños, niñas y adolescentes. Pero cuando los jugamos online van más allá, pasan de ser simples juegos a convertirse en una actividad social.
Los juegos online pueden reunir en una sala virtual a personas de diversas edades, creencias y hasta nacionalidades, las cuales se supone tienen un mismo fin: ganar el juego. Pero mientras que esto ocurre se va desarrollando una línea de comunicación entre los participantes que no siempre tiene el desenlace esperado.
A través de un chat general los jugadores pueden comunicarse entre sí, realizar comentarios, ganar amigos y también enemigos.
Un juego puede durar una hora y extenderse por 12 horas o más, tiempo suficiente para crear un vínculo con una persona que desconocemos y que puede resultar ser estafador y depredador.
En estas salas pueden presentarse muchas otras situaciones de riesgo para nuestros hijos por lo que es importante conocerlos y compartirlos con las personas bajo nuestra protección para que ellos puedan identificarlos y comunicarlo oportunamente.
Ciberacoso
Jugar video juegos en línea es una de las formas de entretenimiento más utilizada por niños y adolescentes. En estas salas virtuales generalmente se mantiene el anonimato, por lo que suelen utilizar identidades falsas y muchos de ellos aprovechan para afligir a los otros jugadores por medio de mensajes.
Estos mensajes suelen ser dañinos para la autoestima de quien los recibe, ya que contienen insultos y son hirientes. Cuando estas situaciones se vuelven frecuentes se les denomina como cyberacoso, ya que pueden generar efectos negativos en la conducta de la víctima.
Violación a la privacidad
En las salas de juego virtuales no existen parámetros para controlar quienes participan, pueden estar integradas por niños de 9 años y adultos de 30 años sin que nadie lo note. Pero el problema no es la diferencia de edades si no lo que busca el adulto en la sala.
Los hackers acostumbran elegir a sus víctimas por el chat general y continuar los mensajes por privado con el propósito de persuadirlos para obtener información personal o financiera para crear nuevos perfiles y acceder a cuentas existentes.
Para evitar que esto ocurra los especialistas recomiendan utilizar seudónimos que no estén relacionados con sus nombres reales y que no incluyan datos de ubicación ni edad.
Dejar información personal en un ordenador público
Uno de los detalles que los niños, niñas y adolescentes suelen pasar por alto, y también los adultos, es eliminar sus datos de acceso al abandonar un ordenador o consola, bien sea personal o pública.
Las contraseñas, así como el historial de navegación, quedan almacenadas en el equipo existiendo la posibilidad de que otras personas puedan tener acceso a nuestras cuentas sin nuestro consentimiento.
Es importante borrar esta información manualmente ya que no existe manera de que el sistema lo haga de manera automática. Incluso antes de vender un equipo es recomendable restablecerlo de fábrica para asegurarnos que no se vayan con él algunos de nuestros datos.
Uso de la webcam
Aunque parezca un asunto de ficción, es posible que personas desconocidas nos vigilen a través de las cámaras o micrófonos de nuestro ordenador y dispositivos móviles. Para evitar que esto ocurra es preciso apagar la cámara una vez que hemos dejado de utilizarla.
Muchos de los juegos online ameritan la activación de la cámara y el audio por lo que al comenzar el juego los niños, niñas y adolescentes activan estas aplicaciones y al finalizar continúan encendidas.
De acuerdo a investigaciones realizadas por empresas norteamericanas, cientos de webcam de ese país han sido manipuladas para grabar y vender el material audiovisual obtenido a otros países.
Ciberdepredadores
Los ciberdepredadores generalmente son antiguos jugadores que continúan visitando las salas ya no con el propósito de entretenerse sino de encontrar victimas jóvenes.
Estas personas tienen un modo de operación el cual consiste en ganarse la amistad de sus futuras víctimas luchando junto a él o ella contra el más fuerte del juego para obtener su confianza.
Posteriormente lo contacta por mensaje privado, establecen una conversación con el propósito lograr un vínculo que los haga confidentes y poder manipularlos de diferentes maneras, incluso hasta llegar a tener encuentros en persona.
Costos ocultos
Los niños, niñas y adolescentes pueden ser presa fácil de las ofertas engañosas que ofrecen algunos juegos online, con supuesto contenido “gratuito” que al final hay que pagar y lo descuentan de la tarjeta de crédito de sus padres.
En la mayoría de los casos estos juegos exigen un número de tarjeta de crédito como requisito para poder registrarse y cuando el jugador los suministra comienzan a producirse cargos automáticos por la compra de artículos y servicios para avanzar en el juego.
Para evitar que esto ocurra orienta a tus hijos sobre el uso de la tarjeta de crédito y deja claro que no pueden utilizar la información que tienen impresa sin tu aprobación.
Virus
Los virus pueden cambiar una aplicación legal y cargar la versión infectada en Google Play u otra tienda sin que nos demos cuenta. El troyano, uno de los más feroces malwares, es capaz de tomar el control del dispositivo en el cual se ha descargado y convertirlo en parte de un robot automático.
En vista de que las aplicaciones ilegítimas que contienen virus se hacen pasar por legítimas sin ser descubiertas, es necesario leer los comentarios de los desarrolladores para asegurarnos de que está libre de archivos maliciosos.
No está demás instalar una aplicación para analizar periódicamente los archivos de los equipos que tenemos en casa.