Desde un smartphone hasta un potente equipo de escritorio, el mundo de los videojuegos sigue evolucionando y causando sensación.
Cuando aparecieron los primeros videojuegos, la gente se sorprendía de ver cómo se podía controlar una “bolita” para que rebotara en una barra y se moviera por la pantalla. Poco se podía imaginar que llegaríamos al punto en el que nos encontramos hoy, donde los videojuegos no sólo son cada vez más realistas, sino que atraen la atención de millones de aficionados en competiciones que recuerdan mucho a los eventos deportivos.
De todos modos, no es necesario llegar a un nivel tan alto para ver cómo los videojuegos nos acompañan a todos lados, ya que gracias a los dispositivos móviles inteligentes, incluso podemos llevarlos en el bolsillo para entretenernos en nuestros ratos libres.
Conseguir ventajas para avanzar
Hay juegos que se convierten enseguida en verdaderos fenómenos de masas. Los jugadores quieren lograr victorias y avanzar en el desarrollo del juego lo más rápido posible, aunque a menudo los recursos son limitados y hay que esperar a que se rellene el monedero o que los puntos de magia permitan lanzar ese hechizo definitivo, o rascarse el bolsillo para conseguirlos pagando por ello.
Para acelerar el proceso, se han creado mods y se aprovechan algunos bugs en los juegos. Hay quien decide descargar Game Hacker, una aplicación que permite acceder al código del juego para cambiar ciertos datos, y con ello crear trucos personalizados con los que lograr el ansiado triunfo.
Sillas para pasar horas frente a la pantalla
Con un número cada vez mayor de jugadores, hay algunas cosas que se han ido adaptando para mantener el ritmo. Por ejemplo, como se pasan muchas horas jugando, en especial en competiciones y ferias de exhibición, hay una clara tendencia a escoger sillas gaming pensadas para soportar largas jornadas a los mandos del juego.
Estas sillas se parecen un poco a las sillas de oficina tradicionales, aunque recuerdan mucho a los asientos de competición que utilizan los pilotos de carreras. Cuentan con apoyo en zonas como el cuello y la espalda, están reforzadas para soportar el uso continuado y la inclinación es ajustable para lograr la máxima comodidad. No hay jugador profesional de videojuegos que no tenga una, y en muchos despachos juveniles también se pueden ver estas sillas.
En la sencillez está la clave
Aunque hay que reconocer que algunos títulos son bastante complejos, lo cierto es que muchos videojuegos de éxito son bastante sencillos. Un ejemplo de ello es Geometry Dash, que se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas. Su dinámica de juego hace que sea muy adictivo, tanto que acaba de aparecer una actualización y la gente ya está deseando descargar Geometry Dash 2.2, la siguiente versión que promete novedades y diversión para los aficionados.
El objetivo es bastante sencillo, pero sin duda, una de las claves del éxito del juego es poder lograr avanzar niveles sorteando obstáculos, para lo que habrá que deslizarse unas veces, saltar otras y escalar en algunas ocasiones. Simple pero engancha, y esa es la razón de ser de un buen videojuego.
Otro ejemplo de cómo lo sencillo es lo que más llama la atención es Minecraft, que tiene en sus bloques una clara señal de identidad. De hecho, puede que si el juego fuera más realista en cuanto a gráficos, no habría tenido tanto éxito. Muchos aficionados buscan cuentas de Minecraft gratis para poder disfrutar de la emoción de construir, enfrentarse a peligros y poniendo a prueba su ingenio.
Con una estética que se puede definir como infantil, el juego esconde un auténtico conjunto de desafíos a los que los jugadores tienen que enfrentarse para sobrevivir y mejorar sus puntuaciones.
Lo que está claro es que los videojuegos se han convertido en algo más que un pasatiempo. Para algunos es una forma de vida, hasta el grado de que las competiciones empiezan a arrastrar una gran cantidad de público. ¿Asistiremos a olimpiadas digitales en el futuro?