Sociedad

Cómo afrontar un juicio por conducir bajo los efectos del alcohol

Conducir bajo efectos del alcohol no solo termina siendo un gran riesgo para tu propia vida, sino que también puedes poner en riesgo la vida de tu familia, peatones u otros conductores inocentes. Afrontar un juicio por esta causa tiene graves consecuencias.

Cuando toma la decisión irresponsable de coger el volante y conducir bajo condiciones de ebriedad, puede terminar cometiendo un grave delito contra la seguridad vial. Tomar las respectivas previsiones y asumir una conducta responsable es lo que le libraría de enfrentar la justicia.

Las consecuencias que esto acarrea pueden perseguirle por el resto de la vida, dejando de lado la gran probabilidad que existe de que no sobreviva para afrontarlas. Las menos impactantes pero que, sin duda, acarrean un conflicto para su vida cotidiana es que le retiren el carnet de conducir y que se le prescriban antecedentes penales en su registro personal.

Por ello, lo primero que hay que tomar en cuenta es que se estaría cometiendo un Delito de Alcoholemia  y que este se encuentra regulado en el código penal, el cual establece que quien conduzca un vehículo bajo efectos de bebidas alcohólicas recibirá un castigo de prisión por hasta seis meses, incluyendo multas cuantiosas o trabajos comunitarios por un periodo de 30 a noventa días.

En cualquiera de estos casos, estaría además tipificada la privación del derecho de conducir por un periodo oscilante entre uno a cuatro años. El mismo código establece que la tasa de alcohol que se mide por aire aspirado debe ser menor a 0,60 miligramos por cada litro y en sangre el valor permitido es de 1,2 gramos por litro.

Juicio por alcoholemia

Afrontar un Juicio por alcoholemia dependerá de algunas circunstancias. Si se va conduciendo, le solicitan estacionar el vehículo y le practican una prueba con el alcoholímetro que resulta positiva, lo más probable es que reciba una acusación por cometer delito contra la seguridad vial.

En este caso, es probable que se afronte un juicio rápido, por el cual recibirá una cita previa con fecha y hora precisa para comparecer ante el juzgado y reconocer los hechos de los que se le acusa. Con esta acción se puede recibir el beneficio de reducción de la pena de ⅓ según lo establece el código penal. El juez determinaría una sentencia de acuerdo a lo que se haya convenido y lo que usted haya reconocido.

Otro escenario factible es que considere desconocer los hechos y se declare inocente por el o los delitos por los que se le acusan. Con esta acción, estaría perdiendo el beneficio que le otorga la ley de reducción de un tercio del castigo y se procederá, entonces, a un procedimiento penal común, en el cual tendrá la oportunidad de presentar las pruebas que lo desmarcan del hecho por el cual ha sido acusado y defender su inocencia. Al respecto, el juez determinaría sentencia de acuerdo a las exposiciones realizadas y se podrá apelar de no estar de acuerdo con la misma.

Lo cierto es que en cualquier de los casos se necesitará la asistencia de profesionales expertos en la materia, por lo que sería muy conveniente investigar sobre el Precio de abogado para alcoholemia, quien estará en la capacidad de brindar la asesoría y la orientación oportuna para reducir las penalizaciones y defender los intereses de su cliente.

Es importante destacar que estos servicios se encuentran por el orden de los  290 € solo si se trata de un juicio rápido, el cual involucra servicios como: asistencia en comisaría, estudio de la causa, personación del procedimiento, preparación del juicio y asistencia a la vista.

En caso de haberse producido daños

Hay algunas diferencias que pueden determinarse, ya que el hecho de haberse o no producido daños a propiedad de terceros o propiedad pública, implica otras sentencias o penalizaciones.

En caso de haber daños, durante el juicio también se le permitirá´al agraviado o perjudicado exponer sus versiones. Los escenarios expuestos anteriormente, también determinarán las acciones del acusado.

Por lo general, el acusado lo que desea es resarcir los daños y evadir cualquier enfrentamiento engorroso con la justicia, sobretodo en estos casos donde se presentan daños.

En los delitos o accidentes por alcoholemia que terminan con lesiones a personas, lo que procede en primera instancia es evaluar la gravedad de las mismas y debido a reformas medianamente recientes (año 2015) ahora se cuenta con un perito principal, quien no es más que el médico de la compañìa de seguros que emite una evaluación acompañada de un informe que será valorada por el médico del juzgado.

Esta es una ventaja que le permite al juzgado aligerar un poco su carga, para que sea otro profesional de la salud quien haga el seguimiento del caso, es decir, el de la compañía aseguradora.  

Detalles de un juicio oral

Aun cuando es un proceso relativamente rápido, como ya se ha mencionado, lo más lógico es acudir al apoyo de un Despacho de abogados que puede atender los pormenores de todo el procedimiento. Basado en la inexperiencia que la mayoría de las personas presentan ante los códigos manejados dentro de un juzgado, el acusado termina por desentender todo lo que está sucediendo, aun cuando debe estar consciente que se le está juzgando por haber cometido un delito.

En resumen, evidentemente lo más recomendable es la prevención. Un delito de esta naturaleza es casi imposible de justificar. La conciencia de haber incurrido en tal falta podría aminorar la gravedad de las consecuencias, sin embargo, en casos muchos más graves que involucren lesionados de alto nivel o inclusive, fallecidos, volcaría su vida en 180 grados, donde no solo estaría enfrentando todo el peso de la ley, sino que también llevaría en su conciencia el hecho de haber acabado con la vida de algún inocente. Y todo derivado de la toma de una muy mala decisión tras, seguramente, haber pasado un rato agradable con amigos o familiares.

Nadie prohíbe el consumo de alcohol pero las leyes están claramente establecidas y deben respetarse. Todo comienza por el conocimiento, responsabilidad y consciencia de cada ciudadano, de conocer sus derechos, pero también conocer y cumplir con sus deberes, para que todo en una sociedad se desenvuelva en armonía y con la mayor tranquilidad posible respetando los derechos y la vida del prójimo.

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