La financiación es parte de la creación de una empresa y, en tiempos pasados, esta solo podía encontrarse en los bancos tradicionales. Sin embargo, hace algunos años nació lo que conocemos como factoring, dando una alternativa más cómoda y con menores intereses.
Muchas empresas, sobre todo las pequeñas y medianas, pierden dinero debido a sus facturas, ya que los deudores tardan mucho tiempo en abonarlas y otras puede que no lleguen a ser pagadas nunca. Este punto constituye una de las razones de quiebra más importantes, lo cual se puede evitar con el factoring.
¿Qué es el factoring?
Esta operación financiera consiste en que una empresa cederá sus facturas por cobrar a una compañía (generalmente bancos) para que ellos se encarguen del cobro de la deuda.
Asimismo, dicha compañía le hará entrega a la empresa del pago, menos un porcentaje de comisión, lo cual permitirá que la empresa mantenga liquidez a corto plazo y que la compañía reciba ganancias por medio de las comisiones.
Dentro del factoring se pueden encontrar dos modalidades, las cuales son:
- Con recursos: esta modalidad hace referencia a los recursos que mantiene la empresa de financiación para hacer responsable a la empresa dueña de las facturas en caso de impagos. En general, es la modalidad más utilizada, siendo indicada para darle seguridad a la compañía que presta el servicio de que obtendrá su dinero de cualquier forma.
- Sin recursos: se encuentra sectorizada solo para empresas de grandes magnitudes e historial crediticio amplio. Indica que la compañía se hará totalmente cargo del riesgo de impago de los clientes a cobrar, haciendo que sea imposible que pueda exigir el dinero a la empresa que le cedió las facturas.
Ventajas del factoring
Esta medida de financiación presenta algunas ventajas importantes, las cuales te aconsejamos estudiar con detenimiento.
Liquidez inmediata
Debido a que este proceso se trata de ceder tus facturas por cobrar a un ente de percepción, podrás disponer del dinero desde el mismo momento en el que se realiza la factura.
No obstante, debes tener en cuenta que no recibirás el 100% del pago, por lo que deberás evaluar tu necesidad de liquidez y la premura con que te hace falta contar con el mismo para conocer si es posible prescindir del importe que suman los intereses.
Evita la generación de deudas
Aún cuando la operación la realices con un ente financiero, este proceso no genera deudas, ya que solo estás intercambiando tus facturas por el pago parcial de la misma. Esto ayuda a que no se vea afectado tu expediente crediticio, permitiendo que puedas pedir un crédito si lo necesitas.
Concentra tus recursos
Gracias a que cedes tus cuentas por cobrar, no deberás dedicar recursos a esos trámites, por lo que podrás concentrarlos en producir y vender productos, dejando que sea una entidad externa la que realice los cobros.
Evaluación de la empresa
En gran medida, los bancos o entidades financieras como Pagaralia, dedicadas al factoring, cuentan con que el pago de la deuda se realice, haciendo que ellos no pierdan tiempo ni dinero en procesos judiciales o extrajudiciales.
Es por ello, que antes de comenzar a disponer de un factoring sin recursos, se entabla un estudio detenido de la empresa y de su cartera de clientes.
Es justo de esta manera con la que podrás aprovechar su intervención como un asesoramiento financiero y comercial, viendo qué es lo que va mal en tu empresa, para mejorarlo y adaptar tu proceso de aceptación de clientes.
Inconvenientes del factoring
En este sentido, tenemos que el factoring puede generar algunos inconvenientes como los altos índices de comisiones que presentan algunas entidades, las pérdidas del factoring con recursos y la mala imagen ante los clientes.
A pesar de ello, estos puntos pueden solventarse teniendo cuidado y estableciendo medidas que puedan facilitar la realización del procedimiento.
El factoring ayuda a que todas las empresas puedan contar con sus recursos de forma automática, sin importar su tamaño, ingreso total o volumen de ventas, favoreciendo que se endeuden menos y puedan trabajar mejor.