La firma de supermercados prepara una ampliación de capital de 600 millones con la esperanza de superar la crisis que arrastra: desde principios de año ha perdido el 90% de su valor.
La cadena española de supermercados Dia anunció este miércoles que prepara una ampliación de capital por 600 millones de euros, más del doble de su capitalización bursátil. A la vez renegocia una deuda que asciende a 1.442 millones de euros con varios bancos. La empresa busca fondos para afrontar la gran crisis financiera y de resultados que atraviesa. En lo que va de año ha perdido casi el 90% de su valor en la Bolsa, que este miércoles le dio una tregua porque al anuncio de la ampliación de capital le siguió un rebote del 11,88%.
La delicada situación de Dia se explica por una combinación de errores de gestión, una expansión desordenada y cierta mala suerte en algunos mercados. En 2016 las ventas alcanzaron un techo: 8.669 millones, pero la facturación por metro cuadrado, de unos 3.000 euros según cálculos del sector, anotaba una de los peores ratios de la gran distribución española. Sin embargo, el entonces consejero delegado, Ricardo Currás, presentaba triunfante las cifras y anunciaba nuevas aperturas, pese a que su beneficio se desplomaba un 41%, hasta los 174 millones.
Con una marca blanca poco competitiva frente a otras, como Hacendado o la de Lidl, los problemas se acumularon. “La empresa fue ordeñada, ha perdido competitividad, ha abusado de líneas de factoring [cobro inmediato de facturas a cambio de su traspaso a otra empresa] engordando la deuda sin que eso se vea reflejado en las cuentas, ha sido gestionada de manera cortoplacista”, reconocía hace algunas semanas un analista conocedor del sector.
Según Alimarket, Dia es el tercer operador de España con un 6% de cuota de mercado (Kantar Worldpanel le asigna incluso el 7,4%). Sus formatos comerciales, sin embargo, no son capaces de defender ese espacio, porque no se han adaptado a la velocidad necesaria. Y en un sector donde el tamaño es importante, decisiones como la de romper su acuerdo con Eroski para negociar conjuntamente con los proveedores ha dado la puntilla a un negocio que necesitará mucho oxígeno para volver a ser lo que fue.