La historia de las exploraciones está protagonizada por una nómina de personas que, evidentemente, se salen de lo común. Son personalidades muy especiales, peculiares, a menudo difíciles de catalogar y siempre con el denominador común de una resolución a prueba de bomba. Buen ejemplo de ello fue Peter Freuchen, que no es muy conocido porque su ámbito de actuación fue un lugar tan carente de atractivo real para las potencias como el Ártico y porque le tocó vivir, quizá, un poco tarde. Pero todo un personaje, como veremos.
Se llamaba Lorenz Peter Elfred Freuchen y era danés, nacido en la localidad de Nykøbing Falster en 1886. Nada indicaba a priori cuál sería su vocación, ya que descendía de una familia de comerciantes y cuando cumplió la mayoría de edad se matriculó en la Universidad de Copenhague para estudiar medicina. Pero su vida no iba a transcurrir por esos derroteros. Ya en 1906, apenas cumplidos los veinte años, hizo su primer viaje con destino a Groenlandia y pronto vendrían más en compañía de su amigo Knud Rasmussen.