Según ha publicado el Heraldo, la sentencia ratificada por la Audiencia Provincial fue dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 16 de Zaragoza el pasado 25 de mayo. Entonces la jueza concluyó que la nueva relación sentimental de la mujer era equiparable a una convivencia marital. Por ello, no tenía sentido que su exmarido tuviera limitado el uso de la vivienda de la que era cotitular.
El exmarido tuvo que contratar un detective privado para demostrar que la madre de sus hijas estaba conviviendo con otro hombre en la casa familiar. El investigador probó la reiterada presencia del compañero de la mujer en la casa, de la cual tenía llaves y en cuyo garaje aparcaba el coche.
Al recurrir la sentencia, la mujer aseguró que mantenía una relación con el hombre, pero que este tenía su propia casa, por lo que no convivían juntos. Sin embargo, se exigió las facturas de consumo de electricidad y agua de la vivienda, las cuales sirvieron al tribunal para llegar a la conclusión de que no vivía en esa casa habitualmente. “El importe de los consumos de luz y agua que realiza son muy bajos: el agua es, aproximadamente, la cuarta parte del consumo media habitual de una persona de esta ciudad”, explicaban los magistrados.