Los trabajadores de Burger King en Cataluña ahora podrán dejarse crecer la barba después de que las autoridades locales decidieran que la prohibición del vello facial por parte de la empresa violaba los derechos constitucionales del personal.
Las autoridades también dictaminaron que ordenar a hombres y mujeres que usaran ropa diferente equivalía a discriminación sexual.
Se pidió a los funcionarios que intervinieran después de que el gigante de la comida rápida se negara a retroceder en el tema.
Los inspectores dijeron que las normas infringían «el derecho a la propia imagen».
El sindicato de las Comisiones de los Trabajadores planteó la cuestión, argumentando que las normas de Burger King sobre la prohibición de barbas, bigotes y rastrojos «socavaban la dignidad de sus trabajadores».
La comisión de inspección del trabajo del gobierno regional estuvo de acuerdo.
«Como resultado de la inspección, se ha establecido que ciertas prácticas de la empresa establecidas en el reglamento interno infringen los derechos constitucionales de los trabajadores, a saber, el derecho a la propia imagen y el derecho a la igualdad de trato y contra la discriminación sexual», concluyeron los inspectores.
Los inspectores señalaron que podrían utilizarse otras medidas, como las redes para barbas, a fin de evitar la violación de los derechos fundamentales.
También descubrieron que la política de la empresa de ordenar a los hombres que usaran corbatas y cintas de mujeres trabajadoras equivalía a discriminación sexual.
«Queremos que esto se aplique a todos los trabajadores de Burger King; no sólo a los de Barcelona, donde tenemos representación sindical», dijo a The Guardian Carles Català, de la rama catalana de las Comisiones de los Trabajadores.
Burger King emplea a más de 1.260 personas en 46 restaurantes de la provincia de Barcelona.