Es muy probable que en algunos momentos de nuestras vidas hayamos escuchado sobre el tarot y diferentes atribuciones que presenta. En ocasiones creemos saber un poco de qué va este asunto, pero, ¿realmente es así?, ¿cuál es su origen? Porque probablemente este conocimiento previo solamente se basa en charlatanerías y rumores.
El tarot es una herramienta que presenta una gran profundidad en diferentes aspectos que lo componen. Pero algo sí está claro, la mejor forma de salir de dudas con una consulta a las cartas es la siguiente: pregunta al tarot si algo va a suceder o no aquí. Ahora analicemos un poco de qué va este mundo y todos sus detalles.
Orígenes del tarot
Lo más conveniente es comenzar a tratar la historia sobre la cual se fundó este fascinante pero a su vez desconocido mundo. Tenemos entendido que son una pila de cartas de naipes que se utilizan como herramienta de consulta o interpretaciones para sueños, emociones, hechos o percepciones. Sus orígenes se remontan al siglo XIV en el continente europeo, aunque su creación data del siglo XIII en Oriente Medio.
Durante estos comienzos no era como en la actualidad donde hasta contamos con el “tarot telefónico”, sino que la persona debía dirigirse a lugares específicos para ello.
Las cartas presentaban cuatro pilas, oros, bastos, copas y espadas, una característica que aún hoy en día se mantiene. Pero con el paso del tiempo, en otras versiones fueron añadiendo cartas nuevas con figuras ilustradas a mano, donde se representaban virtudes religiosas y dioses. Todo ello hasta que se alcanzaron las 22 cartas y un comodín sin numeración, llegando así a las 78 cartas clasificadas en 56 arcanos menores y 22 arcanos mayores.
Las barajas en nuestros días
Como lo mencionamos, continúan las cuatro pilas conocidas como arcanos menores y arcanos mayores, conocidos también como las cartas especiales. Depende de quien las use, utilizara unas u otras o ambos, ya esto va de la mano con las preferencias y habilidades que presente el tarotista.
Las cuatro pilas son iguales a las barajas españolas, cada una con un as propio, los números que van desde el dos al diez y la sota, reina y rey. En el caso de los arcanos mayores, estos son veintidós y se representan como monos, uno de ellos sin llevar ningún número, es decir, el “Joker” o “El loco”. Además de esto, también se incluye otra carta sin nombre, la cual es el número trece, y su representación original es la de un esqueleto portando una guadaña.
Todas y cada una de estas cartas son empleadas para adivinar lo que se desee, o mejor dicho, para leer lo que está plasmado en ellas con referente a nuestro pasado, presente o futuro, o cualquier cosa. Sin embargo, solo un experto que posea el don es quien podrá ayudarnos a realizar una adivinación exacta.
Tipos de Tarot
Además del tarot clásico es posible encontrar diferentes variantes, aunque uno de los más conocidos indudablemente es el tarot celta. Ya sus orígenes son claros, así que no es extraño encontrarnos con tradiciones, dioses y demás exponentes vinculados a esta cultura. En ocasiones se reconoce también como “tarot druida”, presentando ciertos personajes llamativos como los videntes, sacerdotes o magos.
Está popularizado como uno de los tarots más completos de todos, ya que es capaz de abarcar una mayor cantidad de situaciones en comparación al clásico. Su empleo inicia al tomar tres cartas donde cada una de ellas representa el pasado, presente y futuro. A partir de aquí, el tarotista comenzaría su labor al desvelar lo que estamos buscando saber.