Los propietarios de la empresa alimentaria responsable del peor brote de listeriosis de la historia de España fueron detenidos el miércoles por homicidio involuntario. Desde agosto, el brote ha causado la muerte de tres personas, siete abortos espontáneos e infectó a más de 200 personas. La fuente de la infección bacteriana se remonta a una empresa con sede en Sevilla llamada Magrudis, que vendía un producto de lomo de cerdo contaminado llamado carne mechada bajo la marca La Mechá. Otros tres productos producidos por la empresa también dieron positivo para Listeria monocytogenes.
Los propietarios de Magrudis, José Antonio Marín Pince y sus dos hijos Sandro y Mario, han sido acusados, en diferentes grados, de homicidio involuntario, delitos contra la salud y lesiones a un feto. La listeria es una infección bacteriana que puede causar enfermedades graves como sepsis, meningitis y encefalitis. En una persona sana, los síntomas son leves, pero para los bebés que aún no han nacido y las personas cuyo sistema inmunológico está comprometido, la infección puede ser mortal.
Según los investigadores, los tres hombres sabían en febrero que algunos de sus productos habían sido contaminados pero no hicieron nada para eliminar las bacterias de sus instalaciones. En su lugar, continuaron produciendo y distribuyendo sus productos.
«Cuando estalló la crisis, recordamos a la empresa por correo electrónico que una de sus muestras había sido contaminada mucho antes. Dado que no hicieron nada, transmitimos esta información a los tribunales», dijo a EL PAÍS José Antonio Borrás, propietario del laboratorio del Grupo Microal.
El laboratorio entregó un informe al tribunal a principios de septiembre y, según fuentes cercanas a la investigación, el contenido de la misma impulsó a la jueza Pilar Ordóñez, quien está a cargo del caso, a tomar medidas el martes.
Ni los laboratorios ni las empresas están legalmente obligados a advertir a las autoridades si un producto da positivo, pero una empresa tiene el deber de adoptar medidas para corregir el problema. Los investigadores quieren saber por qué los propietarios de Magrudis no lo hicieron y, lo que es más importante, ocultaron los resultados positivos de las pruebas a los inspectores sanitarios que visitaron la fábrica después de que se emitiera la alerta. En presentaciones públicas, tanto Marín como su hijo Sandro afirmaron que la empresa había superado con éxito todos los controles sanitarios.
Se encontraron rastros de listeria en las pruebas realizadas en la línea de producción de Magrudis, incluidos los carros de horno utilizados para transportar la carne durante el proceso de preparación, y las agujas de tocino utilizadas para inyectar la grasa en la carne de cerdo antes de su cocción. La crisis se complicó por el hecho de que los productos de la empresa habían sido vendidos a otra empresa y preparados para su venta como producto de marca propia en una cadena de supermercados sin el etiquetado adecuado.
¿De quién es Magrudis?
En el caso contra los propietarios, el juez Ordóñez ha nombrado al «verdadero administrador» de Magrudis como José Antonio Marín Ponce. Pero es su hijo, Sandro Marín Rodríguez, quien está inscrito en el registro mercantil español como propietario y administrador de la empresa. Pero cuando Magrudis fue creado en agosto de 2013, era sólo un estudiante universitario que pensaba abandonar sus estudios de farmacia. «La compañía no es suya, es de su padre, siempre lo ha sido. El hijo tal vez lo ayude ahora, pero nunca lo había visto hasta que apareció en la televisión el otro día», explicó un cliente, que deseaba permanecer en el anonimato.
El padre, Marín, tiene tres negocios fallidos detrás de él. En 1993 participó en la empresa cárnica Sanmasue, que se declaró en quiebra a finales de la década. En 1996, Marín Ponce fundó un negocio de venta de carne llamado Sierra Encina, que también tuvo una corta vida. La empresa -que tiene una mujer, presumiblemente su esposa, inscrita como administradora- tenía préstamos impagados en 2001 y 2003, según el boletín del Registro Mercantil (Borme). Y en 2000, creó Embutidos El Patio, que se declaró insolvente en 2012.