A un gran número de sanciones administrativas y penales se enfrentan los conductores de España si conducen ebrios.
Aunque la alcoholemia es un delito sancionado en el ordenamiento jurídico español, es una de las sanciones de tráfico más comunes emitidas a los conductores del país. Sin importar los castigos que se establezcan para estos conductores que deciden conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas, no se ha logrado descender el número de infractores.
En el artículo 379 del Código Penal, se establece la pena por alcoholemia, pero quizás, hay una gran parte de la población que desconoce cuáles son las consecuencias de ingerir alcohol y otras drogas, y luego colocarse tras el volante. Es por ello que resulta preciso, que los conductores se informen más sobre el delito de la alcoholemia y las consecuencias que podrían traer a sus vidas.
Algunos de los detalles sobre el delito de alcoholemia, podrían ser de gran interés para los conductores españoles y quizás podría crear más conciencia entre ellos, sobre todo, porque se trata de un error al volante que podría costar algunos euros y unos meses en prisión.
Alcoholemia: violando la norma
Este delito que es de mera actividad, puede ser sancionado como una falta administrativa o bien como un delito penal. Para que la alcoholemia sea tratada como un delito, el conductor debe superar la tasa permitida por la Ley de Seguridad Vial, que establece 0.60 mg por aire espirado o que tenga una tasa de alcohol en sangre que esté por encima de los 1,2 gramos por litro. Si el conductor es detenido por encontrarse en un estado de evidente alteración por el consumo de bebidas alcohólicas, pero aún así las tasas de alcohol estuvieran por debajo de las permitidas, podrá ser sancionado con la misma condena.
Pero, ¿cuál es la cantidad de alcohol que se puede consumir para no dar positivo en la prueba? La Dirección Nacional de Tráfico explicó que un hombre de 70 kilogramos con tan sólo ingerir una lata de cerveza, un vaso de whisky, o vaso y medio de vino, podrá alcanzar el límite permitido. Y si es una mujer de 60 kilogramos, con sólo ingerir la mitad de lo que ingirieron los hombres, habrán superado las tasas de alcohol permitidas por la ley.
Cuando el conductor decide ponerse tras el volante, una vez ha bebido alcohol, asume el riesgo de ser sancionado y condenado. Aunque el conductor se encuentre sin evidente alteración, la prueba mostrará si hay un delito de alcoholemia y las autoridades determinarán el castigo, según lo establecido en la ley.
Sanciones para la alcoholemia
Las sanciones que estipula la ley para la alcoholemia se vislumbran de la siguiente manera:
- Si son profesionales, tienen menos de dos años con permiso de conducción y tienen una tasa de alcohol de más 0.30 mg/l, se sanciona con 1.000 euros y una retirada de hasta 6 puntos de su permiso.
- Si son profesionales, tienen menos de dos años con permiso de conducción y tienen un poco más de o,15 mg/l, será sancionado con 500 euros y una retirada de 4 puntos.
- Si el conductor supera la tasa de alcohol que supera los 0,60 mg/l puede recibir una sancionar que le obligue a permanecer en prisión durante un período de 3 a 12 meses, o bien tenga la obligación de llevar a cabo trabajos para la comunidad, durante otro período de entre 31 a 90 días.
- Si el conductor se opone a la prueba de alcoholemia se le puede retirar el permiso de conducir por 1 o 4 años, o podría ir a prisión de 6 meses a 1 año.
En el caso de las sanciones se puede decir, que si el conductor tiene una tasa superior a la permitida pero no llega a la 0.6 mg/l y no manifiesta conductas que indiquen influencia de alcohol, su infracción será administrativa, pero si el conductor supera los 0.6 mg/ l y se evidencia el consumo de alcohol, será tratado como delito penal, por lo que acarreará las consecuencias del mismo.
El delito de la alcoholemia es totalmente evitable, para cumplir el objetivo con no beber cuando se piensa conducir ya se consigue. Si se asumiera el riesgo, lo ideal es contar con un pleno conocimiento de los derechos y de la ley, para poder afrontar las consecuencias.