Relegados a la ficción y el cine, cada vez más gente relaciona a los detectives y a su labor con esta versión más caricaturizada de sus labores, sin darse cuenta de que en muchísimas situaciones legales, un detective puede ser una importantísima pieza de una investigación, que cambie la dirección de un caso a nuestro favor o nos permita asegurarnos de que nuestro local o comercio no está siendo víctima de extorsiones ni engaños por parte de los empleados.
Sin embargo, debido a su reglamentación y a la libertad de poder contratarlos ante una enorme variedad de situaciones diferentes, es normal encontrarse perdido a la hora de contratar a un investigador privado, porque nunca sabemos si encaja con nuestras necesidades del momento, ya sean legales o de información.
Es por ello que en este artículo hablaremos de algunas de las situaciones en las que un detective privado es la elección adecuada si buscamos una ventaja legal o simplemente informarnos.
Ámbito personal y familiar
Éste ámbito es el que más se demanda la contratación de detectives privados en Alicante y a su vez, es uno de los más delicados, complejos y comprometidos, pues nunca se quiere romper la barrera de la profesionalidad.
Por suerte en la mayoría de casos, los detectives son profesionales conscientes de esto y se centran en ser sensibles a este hecho y de recabar información de forma totalmente confidencial.
Cuando la investigación termina, el cliente recibirá un detallado informe confeccionado por el equipo de detectives en el que se pueden leer las razones de la investigación y que és lo que se ha descubierto, junto con el soporte fotográfico o en video.
Las investigaciones más populares están relacionadas con infidelidades, separaciones, divorcios, con el control de los hijos por conductas de carácter dudoso, ya estén estas relacionadas con consumo de drogas, de alcohol, malas compañías, etc.
Los casos menos populares, pero que también es bueno conocer, son aquellos relacionados con la investigación de algún miembro de la familia en concreto por miedo a que sea un ludópata, un alcohólico o que esté formando parte de una secta, además de un seguimiento de herencias para asegurarse de que las cláusulas nombradas en esta se llevan a cabo.
Ámbito laboral
En este ámbito nos encontramos toda clase de posibles razones para contratar a un detective privado, empezando por la más básica y conocida, siendo esta la recabación de un informe pre-laboral para seleccionar personal adecuado.
Este informe dispondrá de los trabajos anteriores del individuo, la razón de despido o dimisión, tiempo de permanencia en dichos puestos, conductas observadas, problemas con la justicia, concepto personal, integridad profesional y moral, y por último si el tipo de vida que lleva pudiese afectar a su rendimiento en el trabajo por el motivo que sea.
Sin embargo, esto no es todo el uso que se le puede sacar a un detective privado cuando somos los encargados de una empresa, pues también les podemos encargar que investiguen el rendimiento laboral de aquellos empleados a los que ya tenemos en nómina.
Esto es debido a que una de las causas legales de despido disciplinario es la disminución de rendimiento continuada durante mucho tiempo en el trabajo.
También se pueden contratar para investigar el absentismo laboral o la tardanza para llegar al puesto de trabajo de forma continuada.
Por último pero no menos importante, las bajas fingidas son una petición de gran popularidad a la hora de elegir qué investigar, puesto que es sencillo descubrir a alguien que ha firmado la baja por enfermedad o incapacidad temporal de forma engañosa con tan solo sacar información videográfica de dicho individuo llevando a cabo labores que no concuerdan con sus supuestos impedimentos de salud.
Deseamos que después de leer este artículo hayamos desmitificado un poco la figura del detective privado, arrojando luz sobre algunas de sus labores reales.