Sociedad

La borrasca Gabriel pone a 25 provincias en alerta por fuertes vientos

Es una «pequeña pero profunda» borrasca atlántica que sufrirá además un proceso de ciclogénesis explosiva

La llegada de la borrasca Gabriel, que sufrirá una profundización muy rápida conocida como ciclogénesis explosiva, ha puesto este martes a 25 provincias y Melilla en alerta por fuertes vientos, que es naranja o riesgo importante —el segundo escalón de un sistema de tres niveles— en Almería, Cantabria, Navarra, Lugo, Bizkaia, Gipuzkoa y Asturias. El aviso es menor, amarillo —el más bajo de la escala— en Granada, Huesca, Albacete, Burgos, León, Palencia, Segovia, Soria, Zamora, Lleida, Tarragona, Melilla, Madrid, Alicante, Valencia,, A Coruña, Ourense, La Rioja y Murcia.

Doce provincias, más Melilla, tienen avisos por mala mar. El aviso es naranja o riesgo importante —el segundo escalón del sistema— en Granada, Cantabria, Menorca, Bizkaia, Gipuzkoa y Asturias, mientras que están en amarillo Almería, Málaga, Tarragona, Melilla, A Coruña, Lugo, Pontevedra, y Mallorca.

Hasta el momento, la máxima racha de viento de este fenómeno se ha registrado en Estaca de Bares (A Coruña) y ha sido de 99 kilómetros por hora, seguido de 89 km/h en Fisterra (A Coruña) y de 77 km/h en Vandellòs (Tarragona). Según los registros de Meteogalicia hasta las 9.15, se han alcanzado rachas de 103 kilómetros por hora en el municipio costero coruñés de Cedeira y de 102,4 en el lucense de Viveiro.

Gabriel, una «pequeña pero profunda» borrasca atlántica que entró en Europa por el oeste de Francia, provoca este martes «un fuerte temporal de viento y mar en el Cantábrico», con rachas de viento de más de 120 kilómetros por hora y olas de hasta ocho metros, alerta en una nota informativa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Meteorología explica que, al afectar en primer lugar a Francia, fue el servicio meteorológico francés Météo-France el encargado de bautizarla. Esta borrasca profunda ha sufrido además en las últimas horas una «ciclogénesis explosiva en su aproximación al continente» hasta alcanzar su máximo en torno al mediodía. «Una ciclogénesis es un proceso de formación de una borrasca. Se denomina explosiva cuando la profundización es muy rápida», aclara una portavoz de la Aemet. Es un fenómeno que da lugar a vientos muy intensos y fuertes lluvias.

La última vez que afectó a la Península una borrasca que había sufrido un proceso de ciclogénesis explosiva fue en diciembre de 2017. De nombre Ana, llegaron a registrarse rachas de viento de más de 140 kilómetros por hora.

El paso de Gabriel por el mar Cantábrico «será rápido, de oeste a este, y a partir de la mañana del martes». El viento en la zona será «muy fuerte, girando de oeste y suroeste a noroeste» y las rachas más intensas se esperan no mar adentro sino en el litoral cantábrico.

La agencia considera «muy probables» que se registren rachas de más de 100 kilómetros por hora en amplias zonas del litoral cantábrico y zonas montañosas del extremo norte peninsular, aunque añade que «puntualmente» se podrán alcanzar o superar los 120 en cabos y puntos singulares. Por lo rápido que pasará Gabriel, las rachas máximas de viento «comenzarán por el cantábrico occidental por la mañana, se desplazarán al cantábrico central al avanzar el día y llegarán al Cantábrico oriental por la tarde.

En cuanto a la mar, en las zonas costeras del Cantábrico se espera «viento del oeste y noroeste fuerza 8 a 9 y mar combinada del noroeste de 5 a 8 metros». El fuerte oleaje continuará durante la primera mitad del miércoles. Según Puertos del Estado, la máxima altura de ola prevista es de 10 metro en el Atlántico, 4,8 en el Mediterráneo y 3,1 en Canarias.

Además de los vientos, el martes será un día de lluvia en el tercio norte, sobre todo en Galicia, Cantábrico, Navarra y Pirineos, que se podrá extender a otros puntos de la meseta norte, Alto Ebro y zonas de montaña, sistema Central e incluso puede haber precipitaciones, aunque más débiles en puntos del interior del sureste peninsular. Las precipitaciones podrán ser de nieve a partir de 700 o 1.000 metros. Tras el paso de Gabriel, advierte la Aemet, llegará una nueva y profunda borrasca atlántica.