El déficit aumentará hasta triplicarse en 2025, según un estudio del Ministerio
A la sanidad pública le faltan unos 4.000 médicos especialistas, según el último estudio que ha encargado el ministerio y que el miércoles envió a las comunidades autónomas. Y la situación irá a peor por las jubilaciones de un personal que ya en un 50% tiene más de 50 años y los problemas de acceso (númerus clausus y limitaciones para cursar la especialidad, el MIR). De acuerdo con el trabajo, el déficit actual, del 2,9% de unos 138.000 especialistas que trabajan para el sistema nacional de salud, se pasará al 12% en 2025, y así seguirá hasta 2030, último año con proyecciones del trabajo. El problema viene de antiguo. En 2007, un estudio similar calculó que en España faltaban unos 3.000 especialistas, aproximadamente el 2,7% de los 108.000 que había entonces. La estimación de la oferta y demanda de médicos especialistas. España 2018-2030 es un análisis de la situación para prever las necesidades futuras del sistema especialidad por especialidad.
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, al informar ayer sobre el informe después de la reunión de la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud, señaló que más que faltar médicos, estos están mal repartidos. De hecho, España, con 192.000 titulados en total, tiene una de las tasas de médicos por 100.000 habitantes (425,1) que es de las más altas de la OCDE. Eso sí, en España hay una gran variación entre comunidades. De una tasa de 243 en la Comunidad Valenciana a 468 en Cataluña.
También hay una gran diferencia en la feminización, tanto por comunidades como por especialidades. En Madrid, el 61% de los médicos son mujeres; en Extremadura, Ceuta y Melilla ellas son menos de la mitad de la plantilla. En pediatría, tres de cada cuatro médicos son mujeres; en urología, uno de cada cinco.
Pese a las proclamas de la necesidad de potenciar la atención primaria que es una constante de todos los gestores de la sanidad pública, y que ayer repitió la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, la tasa de médicos especialistas por 100.000 habitantes subió un 6% entre 2010 y 2016; la de facultativos de atención primaria lo hizo un 1%.
Precisamente los especialistas que atienden en los centros de salud (médicos y pediatras) son las que más dificultades para cubrir todas las plazas presentan, refleja el trabajo. Las siguen los anestesistas, radiólogos y urólogos. Además, Medicina de Familia y Comunitaria, el nombre oficial de la especialidad de los facultativos de los centros de salud, está especialmente envejecida: el 27,5% de los profesionales tiene más de 60 años, y solo un 13% es menor de 39 años, por lo que «se pueden prever tensiones de reposición a corto plazo», indica el estudio. Entre los pediatras sucede algo parecido, con un 55% con 50 años o más.
Esto se debe, como dijo la ministra, a la falta de atractivo de ciertas plazas rurales alejadas de grandes centros, y a la precariedad de alguna de estas ofertas, que de nuevo se ceba en los médicos de primaria: el 51% de los que trabajaban en el sistema nacional de salud en 2017 lo era. En total, solo el 4% de los médicos con plaza en propiedad tiene menos de 40 años.
El trabajo afirma que ninguna comunidad admite un superávit de profesionales, pero que las propias comisiones nacionales de las especialidades sí que lo hacen, y piden que se recorten las plazas MIR correspondientes porque afirman que no va a haber demanda suficiente. Las más rigurosas en este sentido son las de Cirugía Torácica, Cirugía Pediátrica, Otorrinolaringología y Cirugía Cardiovascular. Por el contrario, las de Medicina del Trabajo y Microbiología son las que más aumento de plazas MIR proponen.
En 10 de las 40 especialidades, algunas con gran peso como Medicina de Familia y Comunitaria y Traumatología, el 20% de los especialistas tiene más de 60 años, lo que indica que puede haber problemas de reposición de profesionales. El estudio recoge una excepción: en medicina Interna, pese a que sufre ese envejecimiento, hay una amplia cohorte de jóvenes interesados.
De cara al «déficit moderado» que se prevé, el trabajo sugiere relajar el numerus clausus y ampliar la oferta MIR (igual que en 2007). También «acudir a la raíz» del poco atractivo de algunas plazas (alejamiento, temporalidad). Y confía en que el diagnóstico que supone sirva para arbitrar las medidas correctoras necesarias.