Política

Moreno defiende un cambio tranquilo sin “cordones sanitarios” en Andalucía

El candidato del PP señala la creación de empleo como principal objetivo del Gobierno andaluz

Cambio “tranquilo”, cambio “conciliador”, el “fin de ciclo político ha llegado”. Y «sin cordones sanitarios». Con estas credenciales, el candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno, ha pedido este martes el apoyo del Parlamento de Andalucía para convertirse en el primer presidente no socialista de la Junta después de 36 años y medio de Gobiernos del PSOE. Moreno considera que con su elección “Andalucía hará su propia transición a la alternancia política, como han hecho con normalidad todas las demás regiones de España después de la Transición”.

La palabra cambio ha recorrido todo el discurso de Moreno, durante la hora y cuarto en la que ha desarrollado su oferta de Gobierno desde la tribuna parlamentaria. “La alternancia política es el antídoto contra el clientelismo y la corrupción”, ha dicho el candidato en clara crítica a los socialistas, que han seguido con caras cabizbajas su intervención. Susana Díaz ha escuchado a Moreno desde su escaño en los bancos del Gobierno, sin tomar nota en ningún momento.

Junto con las apelaciones a abrir puertas y ventanas y a poner en marcha de inmediato medidas de regeneración democrática, el candidato popular ha pivotado su discurso en el primer problema de la comunidad: el paro. “Hay que hablar de empleo una y otra vez. El objetivo prioritario es el empleo. Lo que preocupa es el empleo. Toda política social comienza por el empleo. Crear empleo es la tarea más importante que va a abordar este Gobierno”.

Durante las negociaciones para garantizar la investidura, el problema del paro andaluz, que afecta al 22,5% de la población activa, se esfumó. Este martes, el candidato a la Junta lo situó en el primer plano. “No hay soluciones mágicas, pero sí hay reformas. “Tengo el convencimiento de que el desempleo no es una maldición insuperable en Andalucía”.

En algunas ocasiones, las palabras del dirigente han sonado a duros reproches a sus adversarios socialistas, como si aún vistiera el traje de opositor. “La alternancia impide que los gobernantes nos creamos invencibles, intocables y eternos, previene que acabemos confundiendo el interés general con el partidario o que fijemos objetivos de supervivencia personal en lugar de superación colectiva”, ha dicho.

Moreno ha reconocido que se han hecho “cosas buenas en Andalucía”, pero ha acusado a los socialistas de que la comunidad siga en el furgón de cola de España en muchos parámetros. “Andalucía no ha aprovechado el autogobierno y los miles de millones de fondos europeos de los que hemos dispuesto en estas décadas. Las causas de ello son atribuibles a unas políticas que fijaron un objetivo distinto del progreso de Andalucía: el mantenimiento de un partido político en el poder a toda costa”, ha subrayado.

Moreno ha criticado el conformismo, la acomodación y la creación de una “red clientelar” en Andalucía durante los mandatos socialistas que han derivado en casos de corrupción. Y también les ha achacado falta de lealtad institucional al “intentar desestabilizar el nuevo gobierno antes incluso de que se conforme”.

También ha hecho mención de la situación de Cataluña, aunque de manera indirecta. “Los españoles somos iguales ante la ley y Andalucía se opondrá a los privilegios a favor de territorios a cambio de apoyos para sostener a un presidente del Gobierno. Ningún andaluz con más derecho que cualquier otro español, pero ningún otro español con más derechos que ningún andaluz”.

Desde primera hora de la mañana el patio central del Parlamento se ha convertido en un enorme plató de televisión y de estudios de radio para informar del primer acto del cambio político en Andalucía. Y fuera centenares de mujeres, convocadas por organizaciones feministas de Andalucía, protestaron en contra del recorte de los derechos de las mujeres. “Es una manifestación preventiva”, aseguró el que fuera presidente del Parlamento Diego Valderas, de Izquierda Unida. Dirigentes destacados del PSOE participaron en esta protesta, entre ellos la secretaria general del PSOE de Sevilla y miembro de la Mesa del Parlamento, Verónica Pérez; el portavoz parlamentario, Mario Jiménez; y consejeros de la Junta en funciones como los de Cultura, Justicia y Fomento.

Ninguna de las propuestas planteadas inicialmente por Vox para suprimir la ley contra la violencia machista, la ley de Igualdad o la que protege los derechos de los colectivos LGTBI han sido incluidas en los acuerdos firmados por el PP.

Todos los excandidatos del PP que aspiraron sin éxito a la presidencia de la Junta asistieron al pleno: Javier Arenas, Teófila Martínez y Gabino Puche. Solo faltó Antonio Hernández-Mancha. La paradoja es que Moreno, con peor resultado que todos ellos, llegará al poder.

Moreno se convertirá en el primer presidente no socialista de la Junta de Andalucía con un pacto de Gobierno con Ciudadanos y de legislatura con Vox, que será el que tenga la llave de las propuestas legislativas del futuro Ejecutivo, que tiene previsto presentar un nuevo proyecto de ley de Presupuestos a mediados de junio, pasadas las elecciones municipales. Sin el apoyo explícito de la ultraderecha, el gabinete de Moreno quedará al pairo. El PSOE va a jugar a la baza de la inestabilidad desde el primer momento, según dijo días atrás su secretaria general, Susana Díaz.

La sesión se ha suspendido hasta las 10 horas de mañana miércoles. Las intervenciones de los grupos serán de menor a mayor. Será la primera vez que en el Parlamento de Andalucía se escuche al portavoz de Vox, Francisco Serrano, un juez condenado por prevaricación dolosa en 2011 por haber cambiado el régimen de visitas de un menor sin consultar a la madre. Posteriormente, el Tribunal Constitucional en 2016 le anuló la condena de inhabilitación para ejercer como juez.

Después del portavoz de Vox, intervendrá la presidenta de Adelante Andalucía y líder de Podemos, Teresa Rodríguez, que en los próximos días se acogerá a su baja por maternidad; el líder de Ciudadanos, Juan Marín; la portavoz del PP, Carmen Crespo; y, finalmente, la socialista Susana Díaz.

En ese momento se producirá otra de las imágenes nuevas de la XI Legislatura andaluza. La aún presidenta en funciones de la Junta replicará a Moreno desde los bancos del Gobierno. Díaz protagonizó en septiembre de 2013 su primer debate de investidura, cuando sustituyó a José Antonio Griñán en la presidencia andaluza. Tras las elecciones autonómicas de 2015, volvió a someterse a la investidura, que obtuvo tras esperar 80 días y gracias a Ciudadanos. Mañana será Ciudadanos el que facilite el que el primer presidente no socialista en 36 años y medio llegue al palacio de San Telmo, sede del Gobierno autónomo.

Si no hay una sorpresa mayúscula, Moreno saldrá elegido presidente con mayoría absoluta en primera votación, que será pública y por llamamiento. Sumará 59 síes: 26 del PP, 21 de Ciudadanos y 12 de Vox.

Moreno tiene previsto tomar posesión el próximo viernes en el Parlamento andaluz. Los populares quieren batir el récord de asistencia a este tipo de actos y estiman que acudirán alrededor de un millar de personas, muchas de ellas de Málaga, la provincia de la que procede el futuro presidente.