Sociedad

Una jueza prohíbe a una familia tratar a su hijo en coma con homeopatía

El joven de 23 años sufrió una parada cardiorrespiratoria en una operación, pero la Fundación Jiménez Díaz de Madrid se niega a suministrarle esos preparados

Una jueza ha prohibido a una familia que suministre una terapia de homeopatía a su hijo de 23 años, que desde la noche del miércoles está en situación de coma inducido tras sufrir un paro cardíaco durante una intervención de apendicitis enla Fundación Jiménez Díaz de Madrid. La magistrada María del Sagrario Herrero, titular del Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid, considera que el tratamiento solicitado por el padre «tiene en todo caso un carácter paliativo que en ningún modo mejorará la situación del paciente o revertirá el coma en el que se encuentra», según el auto al que ha tenido acceso EL PAÍS. La familia está estudiando si lo recurre. Su intención es trasladar este jueves a su hijo a Albacete con una UVI móvil.

El padre del joven acudió el miércoles por la tarde a los juzgados de la plaza de Castilla, en Madrid, para pedir al juez de guardia que se le permitiera inyectar a su hijo vitamina C por vía intravenosa y tres preparados (Apis-homaccord, Lymphomyosot y Cerebrum comprimidos NM) por la misma vía. Los médicos de la Fundación Jiménez Díaz se negaron a suministrar dicha terapia y llamaron a la Policía Nacional ante la actitud de los familiares. Los agentes impidieron el paso de los allegados a la unidad de cuidados intensivos (UCI).

La magistrada, que consultó a los facultativos de ese hospital y al médico forense del juzgado, expone en el auto que la autorización solicitada por la familia del joven, Francisco José C. R., supondría imponer «al responsable de la planta la instalación de un tratamiento distinto y, en principio, no curativo que en nada demostraría que la situación del paciente pueda mejorar».

Francisco José C. R. ingresó de urgencias tres días antes en el citado hospital para ser operado. “La anestesista comete una negligencia y le provoca parada cardiorrespiratoria al no colocar correctamente el tubo de respiración”, señala el escrito presentado por el padre ante la juez. Su hijo estuvo 15 minutos con el corazón parado. Lograron reanimarle e ingresó en la UCI, pero en la mañana del miércoles, tras detectarse que el joven tenía las pupilas muy dilatadas, le efectuaron una prueba de diagnóstico por imagen: no reaccionaba a los estímulos. La noche del martes le indujeron al coma. Según el informe médico facilitado a la familia, la causa del paro fue un edema pulmonar tras extraerle el tubo por el que respiraba. La denuncia de la familia ante el juez recoge que los facultativos le dieron solo «unas pocas horas de vida”. “En esos momentos nos informan de que no pueden hacer nada por su vida”, resume el escrito.

La jueza deja abierta la vía judicial a la familia para que reclame «a la persona que considere responsable de estos hechos» si cree que ha habido previamente «un actuar imprudente en la operación de apendicitis realizada» que ha dejado al joven en esa situación.

Investigación por posible negligencia médica

El padre del paciente se dirigió al juzgado de guardia para pedir una medida cautelarísima que permitiera administrar los preparados que, según mantienen los afectados, “han dado un gran resultado en Francia”. La familia ha manifestado su intención de que se abra una investigación y se esclarezca si ha habido alguna negligencia médica o incluso la comisión de algún delito al no permitirse al joven el suministro de la homeopatía. De hecho, exigirá que se le practique la autopsia en caso de fallecimiento.

Este periódico se puso en contacto con la Fundación Jiménez Díaz, que declinó dar su versión sobre lo ocurrido o datos sobre el paciente “para no vulnerar su intimidad y privacidad”.

Federico Montalvo, presidente del Comité Español de Bioética y profesor de Derecho Constitucional de ICADE cree que «es sorprendente que no se le permita» al padre dar a su hijo los tratamienos que quiera, siempre que no le perjudiquen, informa Emilio de Benito. «Si estuviera en su casa no se le prohibiría», alega. Montalvo afirma que eso es independiente de que tal decisión sea racional o no. «Lo que debe prohibirse es lo que sea maleficiente», pero la decisión de la familia «ni perjudica ni beneficia» al joven.