Ha sido una semana agridulce, de la alegría de saberse rescatado a la dureza de pasar siete días en alta mar. Para los 308 inmigrantes, auxiliados frente a las costas de Libia el pasado viernes 21 de diciembre mientras viajaban en dos paupérrimas pateras, el viaje termina este viernes a las 8 en la bahía de Algeciras. A esa hora, en el puerto de Campamento (pedanía de la localidad gaditana de San Roque) está prevista la llegada del buque español de rescate ‘Open Arms’, según ha confirmado la ONG que se encarga de la misión.
Los recién llegados, entre los que se encuentran 137 menores, serán atendidos por 37 efectivos de Cruz Roja, de los que 30 son voluntarios. El buque llegará a los muelles que la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras posee en la localidad sanroqueña, a escasos metros de las instalaciones que el Gobierno habilitó en verano como Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE). En esas antiguas naves, conocidas como Crinavis, los migrantes recibirán una primera atención sanitaria y serán reseñados e identificados por la Policía Nacional.
Los rescatados se encuentran en buen estado de salud, según han confirmado fuentes de Proactiva Open Arms, la ONG encargada del buque de rescate. Con todo, ha sido un viaje largo y complejo. En un primer momento, el barco auxilió a 314 personas frente a las costas de Libia el pasado 21 de diciembre. Sin embargo, en las primeras horas fue necesario evacuar a una madre con su hijo recién nacido y a un joven con problemas de salud, a Malta e Italia respectivamente. Open Arms asegura que las diferencias en el conteo (hasta este miércoles se hablaba de 310 personas) se deben a las dificultades para efectuarlo con una tripulación pequeña y en un espacio reducido.
El ‘Open Arms’ solicitó poder desembarcar con los recién rescatados en los puertos seguros más cercanos de los países de Francia, Italia, Malta y Túnez (la petición a éste último se realizó por indicación del centro de coordinación marítima español). Tras recibir negativas o el silencio por respuesta, el sábado fue autorizado por Salvamento Marítimo para llegar a aguas territoriales españolas y desembarcar en Algeciras. Malta no autorizó tampoco el aprovisionamiento, lo que hizo que, en menos de 24 horas la ONG tuviera que movilizar a su velero ‘Astral’. La embarcación recorrió 1.200 millas náuticas (unos 2.200 kilómetros) hasta alcanzar al ‘Open Arms’ y llevarles los víveres y medicamentos que necesitaban para poder completar el viaje hasta el Estrecho.
Una vez superadas esas horas más duras, en el barco se vive con optimismo la llegada por fin a puerto. “La navegación en estas últimas horas está siendo muy cómoda y vemos ya a estribor el Cabo de Gata y a lo lejos Sierra Nevada. Se han puesto muy contentos, han comenzado a cantar y hemos aprovechado para subir a los niños a cubierta y darles chocolate”, ha reconocido Gerard Canals, jefe de misión.
Una vez en la provincia, los rescatados entrarán en la red de atención habitual para los migrantes que llegan en patera por la zona del Estrecho y procedentes de las costas de Marruecos. Tras pasar por Crinavis, los adultos pasarán a un centro de estancia ubicado en parte de un colegio y campamento de Chiclana de la Frontera. Allí, técnicos de Cruz Roja les ayudan a contactar con sus familias y les orientan sobre su periplo migratorio a otros puntos de Europa. El ‘Open Arms’ ya repitió este viaje en agosto, después de que España le autorizase a trasladar a Algeciras a 87 migrantes recatados frente a las costas libias.