El expresidente valenciano y exministro Eduardo Zaplana, en prisión provisional acusado de una decena de delitos de corrupción dentro del caso Erial, ha negado este domingo en una carta remitida a su esposa Rosa Barceló haber cobrado comisiones, y ha afirmado que es «imposible» que pueda fugarse de España porque sería una «indignidad», ya que es «inocente».
En un comunicado hecho público por su esposa, el expresidente valenciano afirma: «Soy inocente porque no he sido juzgado tal y como reconoce nuestro ordenamiento jurídico, aunque no sea libre por estar sometido a prisión preventiva».
Zaplana está ingresado en el Hospital La Fe de Valencia desde el pasado martes, donde fue trasladado desde el centro penitenciario de Picassent, para someterse a varias pruebas médicas por la leucemia que padece. El exministro sufre esta enfermedad desde 2015, año en que se sometió a un trasplante de médula, y su defensa ha solicitado varias veces su libertad por el riesgo de sufrir una infección grave con riesgo vital.
El juzgado que instruye la causa las ha denegado todas y la Fiscalía Anticorrupción se ha opuesto a la salida de prisión argumentando que existe riesgo de fuga. Los investigadores creen que Zaplana esconde fondos en el extranjero.
En la misiva, el exministro dice no ser responsable de los hechos de los que se le acusa: «Puedo afirmar que jamás cobré comisión alguna por unas adjudicaciones públicas y jamás distraje una peseta o un euro de las administraciones públicas a las que serví», asevera.
Tras asegurar que «desconoce» el contenido del sumario al estar declarado secreto por la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia, insiste en su inocencia «por el convencimiento absoluto de no ser responsable de los hechos».
Sobre el hecho de seguir en prisión para evitar la destrucción de pruebas y el riesgo de fuga, Zaplana replica: «No sé qué prueba puedo destruir después de siete meses de privación de libertad, ni quién se puede plantear seriamente que en mis condiciones me vaya a fugar de mi país».
Afirma, además, que es «imposible» su fuga, no solo por sus «dependencias médicas y arraigos evidentes», sino por que «bajo ningún concepto» permitiría que su «concepción del honor personal» y el legado que deja fuera de tal «indignidad».
El exdirigente del PP afirma que «siempre» ha «concebido y defendido una justicia y unos cuerpos policiales equilibrados, neutrales y con controles. Que hagan justicia sin necesidad de destruir a las personas y su entorno».
Zaplana, en prisión desde el pasado 24 de junio, recuerda que la investigación que le atañe comenzó en 2015 y se pregunta cuánto tiempo hace falta para instruir un asunto contra una persona. Cuando se levante el secreto del sumario espera «poder defenderme y explicar todo aquello que la instrucción necesite que aclare».
Concluye la carta a su esposa agradeciendo «a cuantos han tenido la sensibilidad y argumentos» para pedir su libertad. En el comunicado, Rosa Barceló denuncia que ni a ella ni a sus hijas se les permite ver a Eduardo Zaplana más que 45 minutos a la semana, que ella ya consumió el pasado jueves cuando prepararon este comunicado, cinco días antes de que se produjera su ingreso en La Fe.