Nadie asume la patata caliente del caso Essure, el anticonceptivo femenino que la farmacéutica Bayer retiró del mercado tras las denuncias de que había provocado daños a decenas de mujeres. Después de que la Audiencia Nacional decidiese enviar la causa penal a los juzgados ordinarios al considerar que no era de su competencia; la magistrada de Instrucción número 27 de Madrid, sobre la que recayó, ha acordado ahora que tampoco les corresponde a ellos llevar a cabo la investigación y devuelve el asunto a la Audiencia Nacional, según consta en un auto dictado el pasado 28 de noviembre.
“Los hechos que resultan de las anteriores actuaciones hacen presumir la posible existencia de una infracción penal, constitutiva de un delito contra la salud pública, cuyo conocimiento está atribuido a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional o, en su caso, a los juzgados centrales de lo Penal», concluye María Ángeles Vázquez, responsable del juzgado de Instrucción número 27. En su escrito, la magistrada se inhibe y reenvía las actuaciones al Juzgado Central de Instrucción Decano de los de la Audiencia Nacional.
El abogado del grupo de mujeres denunciantes, Francisco Almodóvar, considera que, por tanto, «la pelota vuelve a estar del lado de la Audiencia Nacional», que rechazó la causa al no apreciar la existencia de un grupo criminal organizado o que se hubieran cometido los delitos fuera de España —lo que habría permitido asumir el proceso—. Pero el letrado cree que este órgano judicial tendrá que reconsiderar de nuevo el asunto o devolverlo, otra vez, a los juzgados de instrucción ordinarios.
Mientras tanto, pasa el tiempo. La querella se presentó hace ya casi medio año y todavía nadie ha puesto en marcha la investigación. Essure es un anticonceptivo femenino comercializado por Bayer hasta 2017, cuando se retiró del mercado en España. Consiste en la inserción en las trompas de Falopio de unos muelles flexibles para generar una fibrosis que funciona después como barrera para impedir que el esperma alcance los óvulos. Este sistema permitía evitar la cirugía. Pero las afectadas denunciaron que su implantación les provocó dolores continuos, hemorragias, vómitos, diarreas, pérdidas de pelo y de dientes, perforaciones del útero y de las trompas de Falopio.
En Estados Unidos se han presentado cerca de 16.000 demandas por lesiones graves e incluso muertes, según The New York Times. En España, la investigación The Implant Files —publicada por El Confidencial y La Sexta— apuntó que una mujer también falleció en Córdoba por las complicaciones derivadas de los intentos para retirar el Essure de su cuerpo. El Ministerio de Sanidad lanzó el pasado octubre una guía para que los médicos sepan cómo actuar ante los efectos dañinos del anticonceptivo.