El Gobierno va a prohibir mediante Real Decreto que la homeopatía se aplique en centros médicos: las consultas de esta pseudoterapia no podrán calificarse de centro sanitario y los médicos del sistema sanitario no podrán recurrir a preceptos homeopáticos o sus productos. Ni centros públicos ni centros privados.
El Ejecutivo prepara un plan específico contra las terapias falsas, cuya estrella es la homeopatía, que se articulará en un Real Decreto propio. «No hace falta un plan para actuar como autoridad sanitaria contra practicas falsas, pero nos va ayudar a informar a la población», ha dicho este miércoles la ministra de Sanidad Luisa Carcedo.
La futura norma hará hincapié en la publicidad engañosa que sirve a estas disciplinas para hacerse pasar por tratamientos válidos sin base científica que avale su eficacia. Así, se planea cambiar los requisitos para la autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios: las consultas de homeopatía o acupuntura se ven afectadas de pleno. «Serán otra cosa», ha dicho la ministra.
Pero también se acotará la promoción de estas pseudociencias al quitarle la etiqueta avaladora. No se les dará la posibilidad de llamarse «de interés sanitario» a encuentros o publicaciones sobre estas materias. Como resultado, «se eliminará de los centros sanitarios las pseudoterapias». No podrán aplicarse ninguna de estas terapias falsas «dentro de los servicios sanitarios», ha aclarado la ministra.
En este sentido, el plan amplía su control al sistema académico e indica que se busca garantizar que las actividades sanitarias las realizan profesionales con titulación reconocida: que los estudios universitarios se basen en «la evidencia científica». En esta línea, el proyecto tratará de que las universidades verifiquen sus títulos en el ámbito sanitario. «Vamos a intentar reducir a cero los títulos universitarios que confundan a los futuros sanitarios. Se pueden enseñar los principios del vudú, pero no decir que cura», ha descrito en ministro de Ciencia y Universidades Pedro Duque.
La homeopatía, una propuesta terapéutica planteada hace más de 200 años por el médico Samuel Hahnemann, no ha sido capaz de demostrar eficacia curativa en un ensayo clínico controlado. Las revisiones de estudios realizadas en los últimos años han demostrado, más allá de toda duda, que el efecto de estos productos no supera al placebo. Se encuentran tan diluidos que resultan inocuos y no suponen un riesgo directo para la salud. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que la utilización de pseudoterapias, como la homeopatía, puede alejar a los pacientes de tratamientos eficaces.
El Gobierno de Sánchez se marcó como prioritario limitar esta pseudociencia y ha trasladado a la Unión Europea que debe dejar de ser considerado medicamento, ya que no ha demuestrado eficacia. De hecho, el Ministerio de Sanidad ha publicado la lista con los 2.008 candidatos a ser regularizados (el resto serán prohibidos), de los que solo 12 pretenden tener indicación terapéutica o, lo que es los mismo, la propia industria solo confía en la eficacia médica del 0,6% de sus productos.