La decisión de emprender tu propio negocio o empresa requiere de un gran análisis, convicción, voluntad y visión. Así que si te has decidido a iniciar este nuevo proyecto, lo primero que debes hacer es constituir legalmente tu empresa. A continuación, te explicamos cómo.
Si quieres desempeñarte como autónomo e iniciar tu propia empresa, lo primero que necesitas es tener una idea o concepto claro en el cual enfocarte para poner en marcha el proyecto. Es importante que consideres todos los factores y apuestes por algo que te guste y que te permita obtener ganancias.
Una vez tienes tu idea bien definida, el siguiente paso sería la constitución legal de la empresa. Para ello, tendrás que hacer un conjunto de trámites de tipo burocrático, que te permitirán crear y darle validez a tu compañía.
Realizar el proceso de Constitución de empresas es una tarea un poco tediosa, pues está compuesta por varios trámites legales que debes llevar a cabo. Pero si no sabes cómo hacerlo, te lo explicaremos detalladamente y paso a paso.
Elaborar un plan de negocios
El primer paso, como te adelantamos, consiste en elaborar un plan de negocios que te permita encaminar tu empresa hacia el futuro que deseas obtener y la manera en que deseas que esta evolucione. Además, mediante la planificación podrás alcanzar con mayor facilidad los objetivos que te hayas planteado y te permitirá definir la estructura organizacional.
Elegir la forma jurídica
Lo siguiente que debes realizar es seleccionar la forma jurídica que más te convenga y se adapte a tus necesidades. Cabe destacar que existen varias de estas figuras legales y que van a depender del número de socios, el capital disponible o de la responsabilidad que tengan.
Dicho esto, se puede decir que las figuras jurídicas se pueden clasificar en sociedades mercantiles, compuestas por la sociedad de comanditas simples, sociedad colectiva y sociedad capital. Pero también existen las sociedades mercantiles especiales, conformadas por la sociedad cooperativa, sociedad laboral, entidades de riesgo, sociedad de inversión inmobiliaria, entre otras.
Mediante la elección de estas figuras no solo podrás estructurar tu empresa, sino que será de ayuda al momento en que decidas planear la Constitución de sucursales y filiales.
La tramitación de constitución de empresas
Luego de haber elegido la forma jurídica de tu empresa, es momento de iniciar los trámites legales. Estos comienzan realizando la solicitud de disponibilidad de razón social, de manera que puedas validar la exclusividad y que no hay otra empresa que posea la misma.
Posteriormente, tendrás que definir cuál es el capital social que posee la empresa, aunque esto va a depender del tipo de empresa que hayas elegido, pues así sabrás cuál es el depósito mínimo que necesitas para comenzar tu actividad comercial.
Después tendrás que escribir los estatutos de la empresa. Estas serán las normas que van a determinar el curso y regirán la compañía. Del mismo modo, servirán para solucionar inconvenientes al aclarar los pasos que se deben seguir ante situaciones específicas. En pocas palabras, es como una hoja de ruta donde se estipula todo.
Entonces tendrás que acudir al AEAT y solicitar el CIF. Luego deberás presentarte ante el Notario para que este valide los estatus que ya creaste y le dé forma a la empresa.
Es importa también que acudas al BOE para que realices el registro mercantil en la provincia que te encuentras de tu empresa directamente en la base de datos española. Recuerda que existe un plazo de 30 días para llevar a cabo este paso y para liquidar el Registro de Propiedad.
Debes realizar la solicitud de tu firma electrónica mediante una cita en el AEAT, pues es algo fundamental de todas las entidades jurídicas. Además, aquí podrás darte de alta y conocer las responsabilidades y obligaciones fiscales relacionada con el IVA, entre otros.
Por último, solo debes darte de alta en el Régimen de Seguridad Social al Administrador. Con todo esto listo, se puede decir que ya has constituido legalmente tu empresa. Es un proceso algo tedioso, pero puedes hacerlo con mucha facilidad gracias a las comodidades que ofrecen los organismos estadales encargados.