Los sociólogos creían que para fines de 2020, el 70% de las personas en los países desarrollados serán bilingües. Si antes el conocimiento del inglés era una ventaja valiosa, pero poco común, entonces, cuando nuestros hijos se gradúen de la escuela, se convertirá en una condición necesaria, como la capacidad de escribir o usar ordenador. Y esta habilidad debe desarrollarse lo antes posible. Cuanto más tarde una persona comience a aprender un idioma, menores serán las posibilidades de que lo hable como su idioma nativo.
Los padres modernos ya no postergan el aprendizaje de idiomas hasta la escuela y tratan de poner las bases en la primera infancia. Los estudios demuestran que el mejor momento para aprender idiomas es desde el nacimiento hasta los 9 años. Después de esta edad, los niños ya desarrollan expectativas sociales, tienen miedo de equivocarse y aprenden mucho más lento que los niños pequeños.
¿Cómo criar a un niño bilingüe? Vamos a ver qué formas puede haber para resolver este problema en diferentes situaciones.
Situación 1. Los padres hablan idiomas diferentes
No importa qué idioma hablan los padres. Lo principal es que todos hablan con el niño en su propio idioma, nunca cambiando a «extranjero», ni en casa, ni en una fiesta, ni en una consulta en la clínica. Si la madre habla español con el niño y el padre habla inglés (o viceversa), el niño aprenderá a hablar ambos idiomas en paralelo. Al crecer en un ambiente así, los niños bilingües que ya tienen 3 años no solo pueden hablar dos idiomas, sino que también pueden no traducir literalmente, sino interpretar lo dicho. Es decir, no sólo comprenden, sino que también pueden volver a contar de lo que iba la conversación con sus propias palabras.
Situación 2. En casa hablan un idioma, pero en la calle hablan otro
Todas las familias que decidieron ir a vivir al extranjero se enfrentaron a este problema. Y muchos experimentaron cierta presión. “Habla el idioma local con tu hijo en casa. ¡No nos entiende!» – aconsejan los maestros de jardín de infancia, profesores de la escuela e incluso a los vecinos. Pero no te preocupes por esto. En menos de un año, el bebé hablará no peor que sus compañeros. Pero el proceso será menos doloroso si te preparas con antelación para la mudanza, especialmente si tu hijo ya está yendo a la escuela. Las clases se impartirán en inglés, y ¿qué sucede si le pide a un niño que apenas conoce este idioma que lea un párrafo de un libro de texto de física en inglés?
No es gran cosa pasar un año estudiando un idioma mientras todavía estás en tu país. Si, por alguna razón, no fue posible completar el curso en casa, puedes ponerte al día inscribiéndote en cursos especiales de inglés online para niños. Pensar “¿Por qué necesita un profesor, si habla inglés con sus compañeros todo el día?” puede llevar al hecho de que el niño deje de seguir el plan de estudios de la escuela, y esto no es solo un estrés innecesario, es un riesgo para su futuro. En algunos países europeos hay clases especiales donde los niños además aprenden el idioma, pero esta oportunidad no se brinda en todas las escuelas.
Situación 3. Todos hablan español en casa y en la calle
Es bueno si uno de los padres habla inglés con fluidez. Entonces puede comenzar desde el nacimiento: uno le habla al niño solo en inglés, el otro, solo en su idioma. Esta técnica puede ser usada si un familiar habla inglés con un nivel de hablante nativo.
Pero dado que tal situación es rara en nuestras familias, tendremos que salir de alguna manera diferente. Por ejemplo, contratar a una niñera o institutriz que hable inglés. Aproximadamente a partir de los 3 años, puedes comenzar clases de inglés especiales con un profesor. Puede parecer que 3 años es todavía un poco temprano. De hecho, este es el mejor momento: el niño percibirá una lengua extranjera de la misma manera que la suya, aprenderá inmediatamente a pensar en ella y no a traducir palabras del español al inglés.
Los niños bilingües suelen empezar a hablar un poco más tarde que sus compañeros. No debes tener miedo de esto. Empiezan a hablar de repente, y en los dos idiomas a la vez. Los niños casi nunca confunden idiomas, pero pueden reemplazar palabras de un idioma por otro si no encuentran un equivalente. Los padres en esta situación deben corregir, explicar y ayudar al niño a encontrar la opción correcta.