Hace muchos años los procedimientos que se realizaban para curar afecciones físicas o estéticas eran mucho más invasivos que los que existen ahora. En los tiempos que corren, es posible aliviar patologías y molestias físicas sin tener que atravesar esos métodos.
En la actualidad existen numerosos tratamientos médicos y estéticos para corregir ciertos malestares o afecciones que nos condicionan. La ciencia y las nuevas tecnologías han permitido desarrollar procedimientos mucho más avanzados con el objetivo de aliviar patologías físicas y corregir aspectos físicos que nos gustaría modificar sin atravesar dolorosas cirugías.
La medicina hiperbárica
Los malestares físicos son muy comunes, y afectan a una gran cantidad de personas. Afecciones o patologías como la fibromialgia, los dolores de cabeza intensos y persistentes, o las lesiones deportivas, pueden convertirse en un obstáculo para nuestras tareas cotidianas. Afortunadamente hoy en día existen tratamientos efectivos para contrarrestar los síntomas de estos malestares, como la cámara hiperbárica. Ésta consiste en un procedimiento médico que se ocupa de advertir los cambios que se suscitan en el cuerpo a presiones más altas que la atmosférica, y utiliza oxígeno puro para ayudar a sanar lesiones físicas.
La persona se introduce en una cámara presurizada, en la cual justamente, se respiran altas concentraciones de oxígeno. El aire, que va a todas las partes del cuerpo, llega a aquellas zonas donde el tejido está dañado, y actúa de forma terapéutica. La gran ventaja de este tratamiento es que no es invasivo, y tiene la efectividad para curar o disminuir la intensidad de un gran número de afecciones, entre las cuales se pueden mencionar también el Parkinson, el Alzheimer, trastorno del espectro autista e incluso infecciones en el oído. Es también un tratamiento muchas veces recomendado para los deportistas, con el objetivo de mejorar su rendimiento a la hora de realizar la actividad física.
El coolsculpting
Hace algunos años, la medicina estética implicaba procedimientos mucho más invasivos, que hacían uso de bisturíes y otros elementos que eran necesarios para poder alcanzar los resultados deseados. Hoy en día, ya no es obligatorio atravesar estos dolorosos tratamientos para poder corregir aquellos aspectos físicos que molestan, y el coolsculpting ® es un buen ejemplo de ello. Por eso vale la pena que conozcas en qué consiste y a qué nos referimos con el coolsculpting.
En primer lugar, y como mencionamos anteriormente, se trata de un procedimiento no quirúrgico que, por el contrario, pretende ser mucho más rápido e indoloro para los pacientes. Se lleva a cabo mayormente para eliminar las células de grasa que se acumulan en diversas partes del cuerpo, especialmente en las zonas más comunes, como el abdomen, las piernas, los brazos o el mentón. Pero, ¿cómo logra el coolsculpting eliminar esta grasa sin cirugía? Como su nombre indica, este procedimiento utiliza, nada más y nada menos, que el frío para deshacerse de esa grasa que molesta y que se encuentra acumulada bajo la hipodermis.
Mediante la criolipólisis, es decir, la congelación de las células grasas, se destruyen las mismas hasta llegar a su desaparición. Tras las sesiones de coolsculpting, el mismo organismo se ocupa de procesar este congelamiento y así eliminar las células muertas de manera natural. Los resultados pueden comenzar a hacerse visibles a partir de las cuatro semanas, aproximadamente, y la recuperación no resulta dolorosa, así como tampoco lo es la aplicación de la técnica. Además, es un método que no daña el tejido celular, algo que sí sucede con otro tipo de procedimientos estéticos, y las sesiones no suelen tener una duración más allá de las tres horas, por lo que tampoco resulta tedioso o molesto.
En definitiva, se trata de una técnica muy beneficiosa para poder eliminar esa grasa acumulada que puede llegar a incomodar, tanto física como estéticamente, sin tener que exponer al cuerpo a un procedimiento invasivo o doloroso, y evitando que queden marcas desagradables. Por supuesto, se recomienda en cualquier caso, investigar por cuenta propia y sacar todas las dudas con el médico encargado de realizar la aplicación, para así poder hacerlo de forma segura.