La tasa de abandono escolar temprano se situó en 2018 en el 17,9%, la cifra más baja contabilizada en España, según una nota emitida este martes por el Ministerio de Educación con los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Esa tasa mide a los jóvenes que abandonaron los estudios entre los 18 y los 24 años que solo obtuvieron el título de la ESO.
A pesar de la mejora experimentada (en 2011, el porcentaje se elevaba al 26,32%), España sigue a la cola de Europa y por debajo del objetivo europeo fijado para 2020, que supone reducir la cifra máxima de abandono a un 15%.
Las alumnas están más cerca del listón que reclama la UE, con un 14% de media frente a un 21,7% de los chicos españoles. Por comunidades autónomas, los porcentajes de abandono más bajos se producen en el País Vasco (6,9%) y Cantabria (9,8%). Los más altos son los de Ceuta y Melilla (23,4% y 29,5%), Baleares (24,4%), y Murcia (24,1%).
El análisis muestra que el 42,4% de la población entre 30 y 34 años ha alcanzado el nivel de educación superior (FP de grado superior o estudios universitarios), lo que supone el valor máximo de la serie histórica y continúa así por encima del punto de referencia europeo del 40% para el año 2020. Por sexos, del total de la población de mujeres, en este grupo de edad, el 48,6% ha alcanzado este nivel educativo, frente al 36,1% de los hombres.
El indicador de formación permanente sigue mejorando. En 2018, el 10,5% de la población de 25 a 64 años siguió algún tipo de formación en el último mes. Esta cifra supone 0,6 puntos más que la registrada el año anterior. Las mujeres también lideran este índice, situándose en el 11,5%, 2 puntos más que el dato de los hombres.