Si lograste ver ‘Willow’ durante la tierna etapa de la infancia, es imposible que no se convirtiese en una de tus películas favoritas. Magia, aventuras, heroísmo, amistad, amor, comedia… ¿Qué más podías pedirle a una película cuando lo máximo que habías visto era la filmografía de Disney -muchas, muchas veces- y los dibujos animados de la tele? Han pasado ya 30 años desde que la película de Ron Howardfracasó en taquilla y fue vapuleada por los críticos. “Una película temiblemente ambiciosa, pero no es temible, y no es maravillosa, y se trata de un viaje demasiado transitado por otras películas”, escribía el crítico Roger Ebert, y fue uno de los más amables. Por suerte, el VHS la convirtió en un fenómeno de culto reivindicado por muchos cinéfilos.
Como apuntaba Ebert con acierto, ‘Willow’ es una película de grandes dimensiones, pero no perfecta. Se nutre de referentes, que no siempre transita mejor que las películas que la precedieron. Sin embargo, sí obtiene algo difícil de conseguir: ser épica, icónica, encantadora e incluso cachonda. Su sentido del humor es su fuerte, aunque ni así logró que los espectadores apostaran por ella cuando no lo hicieron por otros fiascos de la época como ‘El dragón del lago de fuego’ (1981), ‘Legend’ (1985) o ‘Dentro del laberinto’ (1986). A pesar de todo, esta historia escrita por George Lucas -que sí apostó fuerte por el proyecto- ha logrado aguantar los obstáculos del tiempo y posicionarse como una de las mejores fantasías de los ochenta (o, al menos, una de las más queridas).
Quizás con la mirada moderna, tres décadas después, ‘Willow’ pueda resultar aún más ridícula que lo que les pareció a los críticos de la época. Sin embargo, algo hay en ella que aún puede engancharnos, porque, ¿quién hace este tipo de películas de aventuras hoy en día?
UNA HISTORIA CLÁSICA, PERO EFECTIVA
Hay muchos rumores sobre cómo George Lucas escribió ‘Willow’, una historia que tenía guardada en un cajón desde hacía 15 años. Según cuenta él mismo, todo provino de un proyecto llamado ‘Munchkins’, en el que el cineasta quería rendir homenaje a los enanos de ‘El Mago de Oz’, aunque el resultado final se ha acabado pareciendo más a ‘El señor de los anillos’. De hecho, esa es otra de las versiones que los internautas llevan años debatiendo: páginas del ‘fandom’ de Star Wars aseguran que la película nació cuando Lucas no consiguió los derechos para adaptar otra de las novelas más conocidas de J.R.R. Tolkien, ‘El hobbit’. Y, a ver, no vamos a negar que hay muchos elementos en común entre las historias del novelista y la película de Howard: un héroe enano y entrañable que procede de una pequeña aldea, magos poderosos (en este caso, magas) que tienen batallas con varitas en mano, una misión de llevar algo (o alguien) a algún sitio mientras atraviesan los peligros de un mundo mágico medieval, un héroe al uso que ayuda al pequeño protagonista a conseguir su gesta… Vaya, lo de la sutileza no era el fuerte del director de ‘Star Wars’
Con todos esos elementos, y otros más, se construye la historia de la película: Willow (Warwick Davis) encuentra en un río cerca de su pueblo un bebé, que tendrá que devolver al lugar de donde procede. Sin embargo, durante el camino se da cuenta de que esta no es una niña cualquiera. Ella es la persona destinada a cumplir la profecía sobre el fin del reinado de Bavmorda (Jean Marsh), una especie de cruce entre Sauron y Maléfica que tiene a todo el mundo atemorizado. Entonces, la misión cambia: ahora no es devolverla a su hogar, sino ayudarla a destronar a la malvada hechicera y devolver al mundo la paz que tanto ansía. Después, hay otros detalles a tener en cuenta, como que Willow se postula como aprendiz de brujo, y practica con la varita cual Luke Skywalker practica con la fuerza, o que nada sería posible sin el desterrado caballero Madmartigan (Val Kilmer), un tipo tan íntegro como borde.
LAS MUJERES MUEVEN LA HISTORIA
Según el youtuber J. Matthew Turner, ‘Willow’ es indudablemente una obra maestra feminista. Lo que leéis. “Vale, seguramente penséis que esta es una película tonta para niños sobre un enano que sale con Val Kilmer para rescatar a un bebé pelirrojo mágico de un tipo disfrazado de esqueleto. Bueno, puede ser”, comienza el cómico en su vídeo, publicado en octubre de 2016, animando al espectador a que considere ver la película de otra manera. Quizás, con perspectiva feminista. Spoiler: Howard sale ganando con este enfoque.
“Lo mires desde donde lo mires, la historia está controlada por las mujeres”, asegura Turner, que argumenta que toda la visibilidad que se da a las acciones de Willow y Madmartigan no les hacen ser los más importantes en el desarrollo de la trama. Al contrario, son las decisiones que toman las mujeres -aunque secundarias- las que acaban determinando el devenir del relato. “La película le pasa a Willow, y no a causa de él”, sentencia, mientras enumera: es una mujer la que salva a la niña en la primera escena, es Kaya -la mujer de Willow- la que le convence de quedársela, la diosa del bosque le entrega la varita para Raziel, y es Raziel quien motiva al ejército para luchar y, en última instancia, vence a Bavmorda. Pero si nada de esto te convence, el youtuber tiene un mensaje final para ti, que bien merece un aplauso: “Si el hecho de que las personas más poderosas de la historia sean mujeres no te convence, si la estructura matriarcal no te convence y si que cada momento clave de la historia esté realizado por una mujer no te convence, si la acción heroica es tu única vara de medir, voy a sugerir que el gran héroe de la historia, quien exhibe la mayor muestra de valentía y paga el precio más alto, esa es la comadrona de palacio que salva al bebé al principio”. Sin duda, nada existiría en ‘Willow’ sin ella.
Habría que profundizar más sobre si el filme puede vanagloriarse de tener una representación femenina relevante, pero quizás tildarla de ‘feminista’ es algo que dejaremos al sensacionalismo ‘youtubero’. Lo que está claro es que sí son las mujeres quienes cortan el bacalao en esta historia, aunque, como viene siendo costumbre, no son las que ocupan la primera línea del reparto. Pese a todo, no se pueden negar los argumentos de Turner: los personajes femeninos de ‘Willow’ son alucinantes.
REIVINDICAR LA FANTASÍA
Una de las cosas más bonitas del abrumador éxito de ‘La forma del agua’ de Guillermo del Toro es volver a ver el género fantástico en el puesto que se merece. No es ningún misterio que las películas de este tipo suelen estar alejadas de los principales premios de cine, e incluso de los festivales más prestigiosos, y ha sido catártico ver cómo el mexicano ha conquistado el Festival de Venecia y los Oscars -y muchas más condecoraciones- con la historia de amor de una mujer muda y un anfibio antropomorfo. De algún modo, este fenómeno nos ha recordado lo mucho que nos gusta la fantasía. Y lo mucho que la necesitamos.
‘Willow’ no sólo es una historieta de aventuras henchida de referentes, con efectos especiales añejos y unos cuantos momentos delirantes. Es además una historia que reivindica otro tipo de protagonista, algo que su actor -Warwick Davis- supo aprovechar en el mejor de los sentidos: fundó una compañía para ayudar a los actores con enanismo a encontrar papeles en Hollywood, e intentar al mismo tiempo huir del encasillamiento al que están sometidos. Es también una historia que, aunque al servicio del más puro entretenimiento, busca incluir esa diversidad de forma orgánica para inspirar a sus espectadores -en su mayoría, en la época, niños y niñas- y sacar de la tradicional fórmula de los buenos-y-malos algo provechoso.