Realizar montajes de maquinaria industrial no es una tarea fácil. Hay que tener en cuenta una multiplicidad de factores. En el siguiente artículo te contamos algunas de las cuestiones básicas a tener en cuenta. Para estas operaciones, siempre es recomendable contratar compañías con profesionales y una alta experiencia en el rubro.
El antes
Antes de montar la maquinaria industrial hay que realizar un estudio previo para ver el estado de la instalación de la maquinaria. ¿Hay que hacer todo desde cero o se puede reparar alguna máquina? ¿Qué hay que modificar y mejorar? ¿Qué tipo de conocimientos son necesarios? ¿Qué herramientas voy a necesitar? ¿Dónde consigo todos los repuestos? ¿Cuánto tiempo durará el montaje? El objetivo de este diagnóstico es evitar imprevistos y costos adicionales derivados de la improvisación.
Una vez realizado el diagnóstico llega el turno del presupuesto. Hay que contabilizar absolutamente todo, incluyendo impuestos. También hay que dejar una cierta cantidad de dinero con el fin de adelantarse a posibles imprevistos.
El espacio físico
Realizado esto, hay que tener en cuenta el espacio físico para llevar a cabo el montaje. Debe ser un lugar que tenga un tamaño suficiente para albergar toda la maquinaria pesada. La superficie variará de acuerdo a las necesidades, pero debe ser espacioso. Su ubicación geográfica también es importante: hay zonas de las ciudades que están destinadas específicamente para las industrias, de modo que no interfieran con la vida de los vecinos. En ese sentido, el lugar tiene que tener condiciones de seguridad y aislamiento sonoro.
La mano de obra
La mano de obra es otro de los puntos importantes. Para que una línea de producción esté en marcha correctamente, lo mejor es que el equipo de empleados que realice el montaje sea el mismo durante todo el proyecto. De este modo, se ahorrarán gastos generados por el desconocimiento del personal que no participó de las etapas del montaje de las máquinas.
En ese sentido, también es clave ver que las condiciones de seguridad sean acordes a las establecidas para evitar accidentes y eventuales juicios por parte de los empleados, que derivarán en una pérdida cuantiosa de dinero.
Maquinaria y herramientas
En cuanto a la maquinaria, habrá que establecer con detalle cuáles son los aparatos que necesitaremos en función de la industria: elevadores, grúas, poleas, montacargas, gatos hidráulicos, etcétera. También tener en cuenta las herramientas de anclaje, como pernos y tornillos, tuercas, arandelas, chavetas, retenes, juntas, casquillos, etcétera. Además es fundamental usar los lubricantes y grasas adecuadas.
A su vez, hay que determinar qué tipos de elementos vamos a utilizar de acuerdo a las necesidades: tornillería, rodamientos, guías lineales y transmisiones por cadenas.
¿Qué marcas elegir? Eso dependerá del presupuesto, pero hay que tener en cuenta que lo barato sale caro. Elegir una segunda marca, con un precio más económico, a veces puede traer consecuencias negativas en el futuro, aumentando severamente los costos a largo plazo. Al ser inversiones de gran cantidad, es mejor invertir un poco más antes que comprar a ciegas y arriesgarse a perder.
El montaje
Una vez que se adquirió la maquinaria llega el turno del montaje. Generalmente, el orden de instalación de maquinarias es inverso al orden de la línea de producción. Es decir, primero se instalan las partes finales y luego las primeras.
En ningún caso, el montaje debe ser forzado, si no que tiene que encajar todas las piezas y maquinarias. Si una máquina no entra habrá un problema, y por eso es necesario el diagnóstico previo. Del mismo modo, no se deben acelerar los tiempos del montaje. Si bien la empresa contratada debe cumplir con los plazos establecidos previamente, hay que dejar que hagan su trabajo en el lapso que consideren necesario. Si se hace un montaje de forma rápida, sin tener en cuenta todas las necesidades, se puede correr el riesgo de que haya algún problema de funcionamiento.
El después
Finalizado el montaje, antes de poner en marcha la cadena de producción, es necesario hacer una revisión general. Probar todas las máquinas y que no quede ningún detalle suelto. Si en las pruebas surge algún problema, aunque sea menor, es mejor avisar en el mismo momento, ya que si no, podría generar inconvenientes en el futuro.Cada cierta cantidad de tiempo hay que hacer un chequeo de la maquinaria. Los expertos sugieren hacerlo cada 6 meses, es decir, al menos dos veces al año.