Política

Las revelaciones de Villarejo sobre González conmocionan al PSOE

El PSOE intentó este lunes disimular la conmoción que ha producido en el partido saber que el ex comisario José Manuel Villarejo, al que se le llama «corrupto» y representante de lo peor del Estado, alardeaba en 2005 de haber comprado, con cargo a los fondos reservados, una casa para el que fue su líder durante casi un cuarto de siglo (1974-97), Felipe González.

La portavoz del Comité Electoral, Esther Peña, tiró de manual en la rueda de prensa tras la cita orgánica del primer día de la semana, pero no pudo evitar su incomodidad al hablar del tema: «Las cloacas no van a marcar las ruedas de prensa ni la agenda de este partido», dijo a mediodía, visiblemente incómoda por tener que referirse al tema, como los denominan muchos cargos socialistas en conversaciones entre sí.

Pero, a pesar de las palabras de Peña, los whatsapp ya llevaban horas echando humo. Por resumir, están los que aseguran «no es verdad«, y que Villarejo está «liando todo» para obtener beneficios judiciales -de hecho, la vivienda se la habría quedado finalmente Julio Feo, director de gabinete de Gónzález, según cuenta Alfredo Fraile en su libro Secretos inconfesables-, hasta socialistas muy abatidos por lo que están viendo.

«Villarejo no va a dejar títere con cabeza», asegura una diputada del actual Grupo Socialista, que comparte con otros el diagnóstico de que, más allá de que este episodio en concreto afecte a su partido, el goteo de informaciones, primero sobre las andanzas del Rey emérito Juan Carlos I, y luego del PP y el PSOE socavan la confianza en este sistema.

Perfil bajo

El PSOE está adoptando, en general, una actitud de perfil bajo en los asuntos que le afectan del serial, de momento, la comida en 2009 con la hoy ministra de Justicia, Dolores Delgado, lo del hermano de Alfredo Pérez Rubalcaba y la agencia Método 3, y ahora lo de González, porque en La Moncloa y en Ferraz creen que son el PP y Pablo Casado los que se están viendo más en primera plana por la estrecha relación del excomisario con ese partido.

Por la razón opuesta a la de Podemos, el PP prefirió guardar silencio. No puede montar demasiado ruido con el asunto de Villarejo y Felipe González cuando acaba de dejar su escaño la que fuera todopoderosa secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, después de saberse que ella y su marido, López del Hierro, recibieron en 2009 al policía en la sede de Génova casi en la clandestinidad para encargarle información sobre el caso Gürtel.